Unos amigos estuvieron en Praga el fin de semana pasado. Mis amigos se pegaron un hartón de reírse cuando el guía, llegados a una iglesia, con la seriedad y el respeto requeridos por el lugar, les espetó: “Aquí estuvo Mozart cinco veces tocándole los órganos a San Nicolás”. La risa de mis amigos levantó las sospechas del guía quien les preguntó: “¿Qué pasa?”. “Nada”, explicó uno de los guiados. “En España, también grandes músicos han tocado los órganos de algunos santos; quiero decir, de las iglesias de algunos santos”. Y todos, ahora también el guía, se volvieron a reír muchísimo por nada