La gente que sigue las tendencias no sigue ni su gusto ni su criterio ni su comodidad. Pone lo que le dictan, lo que los diseñadores han imaginado y los comerciantes le meten por los ojos. Esta mañana oía en una cadena de Radio una sección de tendencias. Le preguntaron a varias personas: ¿Por qué lleva las gafas cuadradas, esos pantalones tan ceñidos, esos zapatos…? “Porque yo sigo mucho las tendencias” vino a ser la respuesta de todos los encuestados. Si alguien preguntara a los políticos: ¿Por qué lleva barba de medio pelo? Tendrían que contestar: “Porque es la moda”. Es decir, la gente no se pone lo que le gusta ni porque lo haya escogido sino porque es tendencia, porque es moda. Esta mañana en misa predicó un misionero, un sermón muy bien traído a raíz del evangelio del día pero en vez de hablar de la misión de la Iglesia habló de los proyectos de los misioneros salesianos y pidió dinero para las misiones y proyectos salesianos. De todos modos la gente salió diciendo: “A estos vale la pena darles y no a las ONGs que recaudan dinero para que sus dirigentes vayan a ver qué problemas tienen los niños, las mujeres, de lejanos pases, Cuando vuelven ya se han gastado dinero y vuelven pedir dinero y vuelven a ir a esos lejanos países porq1e los problemas ahora ya son otros.