¿A quién puede extrañar?

Los nuevos dioses son los chefs que asan pollos a golpe de soplete”. A esos nuevos dioses hay que añadir los futbolistas. Hasta ahora, el hombre se definía como “animal racional”. Visto lo que se ve y oído lo que se oye, el hombre, en adelante, debe de definirse como “un estomago con patas”. La definición la he oído, hace tiempo, de la boca de un paisano apostado a la barra de un bar. Frente a los chefs y a los futbolistas, ricos, famosos y mimados, “muchos científicos viven con el temor a que les den una patada en el culo”. La sociedad debe de preguntarse: ¿quién hace más por la humanidad? El balón y montones de pollos asados no pueden llenar el vacío de una vida sin ideales ni principios. Frente a esta realidad ¿a quién puede extrañar que muchos jóvenes se vean atraídos por el riesgo y la apuesta que suponen adherir a la Ballena Azul o apuntarse a la Yihade?
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