Hoy tomando café charlamos del 23-F. Pepe miró desde una ventana el movimientote soldados en Valencia. “Tal vez es el espectáculo del que guardo un recuerdo más vivo. Estaba admirado de ver tantos soldado, tanto movimiento. El abuelo, republicano de la anterior guerra, que había venido a visitarnos a Valencia quería irse y llevarme con él. Pero mi madre, su hija, no nos dejó salir de casa”. Juan: “A la sazón, estudiaba en la Sorbona, en París. Había llegado a Madrid aquella mañana para quedarme unos quince días para completar la investigación necesaria para terminar la tesis. Pero me volví por la tarde en el Puerta del Sol que hacía el trayecto Madrid/París. Nuría dijo: “A mi padre, un antiguo combatiente de la guerra civil, tuvimos que retenerlo en casa para que no saltara a la calle a unirse a los que había tomado el Parlamento”. Mercè, en la época emigrante en un país centroeuropeo exclamó: “Lo vi desde el principio como una película, como algo irreal”. ¡Qué rica es la realidad!, concluimos todos. De qué diferente manera se puede ver el mismo hecho.