Como tormentas

Llegaban hasta mí como lamentos el silbar del viento en las ramas de la higuera y nogales del patio y el rugir de los torrentes del río Eiroa. Me fui e interné en el bosque del Cebreiro y he visto los árboles, las plantas y los montes que vi ayer pero me parecieron otro. Ayer avanzaba entre los árboles y entre las peñas como por mi casa y hoy lo hacía, como un extranjero, disfrutando con mirada furtiva, como de un fruto prohibido, de la naturaleza cada vez más hermosa. Ahora caigo en la cuenta de que la naturaleza nos habla cada día con un lenguaje diferente para decirnos cosas nuevas. Somos nosotros los que, a veces, nos internamos en el bosque y subimos a la montaña alborozados como tormentas.
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