El ex presidente de la CEE presidió la misa por los fallecidos por la Covid-19 Blázquez, ante el futuro postcoronavirus: "Ni confinados por el miedo, ni atrevimientos insensatos"

Funeral en la catedral de Valladolid
Funeral en la catedral de Valladolid

"Que no nos encierre el retraimiento ni presumamos de inmunidad", sostiene el cardenal de Valladolid

Ha pedido responsabilidad ya que la pandemia "no ha desaparecido de la noche a la mañana", por lo que ha exigido ser "disciplinados" a la hora de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias

"No fueron despedidos como hubiéramos deseado; la imagen de las morgues improvisadas son un recuerdo sombrío"

Ha mencionado tres desafíos planteados por el COVID-19, que pasan por el agradecimiento por la salud y la vida que está en riesgo; la solidaridad para compartir bienes al viajar "en la misma barca hacia un puerto todavía no avistado"; y la reconciliación de los heridos

El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha considerado este sábado que existe "una cierta dosis de riesgo" en el futuro a causa de la pandemia, por lo que ha recomendado huir del miedo y seguir las recomendaciones sanitarias: "Ni confinados por el miedo, ni atrevimientos insensatos".

Blázquez ha oficiado un funeral por las víctimas del COVID-19 en la catedral de Valladolid, donde ha recomendado que, en un momento en el que no se puede "eliminar totalmente lo incierto", la vida del hombre armonice la seguridad y la confianza, "el respeto a la realidad y la esperanza".

"Que no nos encierre el retraimiento ni presumamos de inmunidad", ha reiterado.

Ha pedido responsabilidad ya que la pandemia "no ha desaparecido de la noche a la mañana", por lo que ha exigido ser "disciplinados" a la hora de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

"Invadidos" por el coronavirus

"De manera insospechada fuimos como invadidos por el coronavirus, que alteró profundamente nuestro estilo de vida. Fue como un golpe seco, como un parón brusco de las actividades personales, familiares, sociales y eclesiales", ha relatado el prelado, quien ha definido la pandemia como "una irrupción violenta, una novedad abrupta".


Ha lamentado que el virus haya afectado especialmente a los ancianos, pues "a las fatigas de su vida se unió un desamparo especial en la muerte", y esa soledad al fallecer "ha tocado fibras muy sensibles".

"No fueron despedidos como hubiéramos deseado; la imagen de las morgues improvisadas son un recuerdo sombrío", ha confesado el arzobispo, quien piensa que "cada uno de nosotros ha guardado en su corazón escenas y recuerdos que nos acompañarán toda la vida".

Una Iglesia "confinada pero no ausente"

Blázquez ha valorado el papel de Cáritas durante la crisis, pues ha detallado que ha multiplicado sus servicios, así como el de las parroquias y las familias que se han convertido en "iglesias domésticas", pertenecientes a una Iglesia "confinada pero no ausente".



También ha agradecido la labor de los sanitarios por desarrollar su labor "hasta la extenuación, protegidos con escasos medios y arriesgando su propia salud", y la generosidad "de tantas personas en favor de los más desvalidos".

Ha mencionado tres desafíos planteados por el COVID-19, que pasan por el agradecimiento por la salud y la vida que está en riesgo; la solidaridad para compartir bienes al viajar "en la misma barca hacia un puerto todavía no avistado"; y la reconciliación de los heridos.

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