Santa María en Trastévere, la parroquia romana del cardenal Osoro La basílica de la caridad en la Ciudad Eterna, un templo histórico para Osoro en el Trastevere

(Ángeles Conde, en Alfa y Omega).- Es una de las basílicas más hermosas de la Ciudad Eterna, si no la que más, pero no es solo eso. A una espectacular riqueza artística en la que recrearse se une una vigorosísima vida parroquial que anima el corazón histórico de Roma. Es la basílica de Santa María en Trastévere, cuya sede titular adjudicó el Papa Francisco al cardenal Carlos Osoro.

Este sábado a las 20 horas será la ceremonia en la que el purpurado tomará posesión y pasará a formar parte de esta comunidad, uno de los pulmones espirituales de la ciudad.

Marco Gnavi, su párroco desde hace siete años, nos atiende unos minutos en medio de su frenética a la par que cotidiana actividad para explicar a este semanario que espera que el cardenal Osoro «se sienta como en casa en Santa María en Trastévere porque sabemos que él ama la Palabra de Dios y a los pobres, y aquí la Palabra de Dios y las personas pobres son las que merecen el mayor de los respetos».

Esto es así en gran medida por el espíritu que emana de la ingente obra de la comunidad de Sant'Egidio. Es entre las paredes de esta centenaria basílica donde se gesta la prolífica actividad de esta comunidad, que nació a unos pocos metros de aquí. Es otra de las razones por las que el párroco de Santa María en Trastévere habla de sintonía entre don Carlos y la comunidad: «Sentimos una gran alegría y una gran simpatía hacia el cardenal. Todos hemos vivido como un regalo el hecho de que el título sea dado al arzobispo de Madrid, una diócesis que nos es cercana también porque está la Comunidad de Sant'Egidio».

Fundada por un esclavo

El popular barrio de Trastévere no sería el mismo sin su basílica, cuya historia se puede remontar incluso al siglo I antes de Cristo. Cuenta la tradición que en el año 38 antes de Cristo emanó de la tierra una fuente de aceite, la llamada Fons Olei, un signo que los judíos interpretaron como la llegada del Ungido. Hoy en día este lugar sigue indicado en el presbiterio del templo. Sin embargo, la basílica nace como tal en el siglo III de la mano del Papa mártir esclavo de los romanos, san Calisto. La tradición asegura que, después de ser arrestado por orden del emperador Alejandro y torturado en prisión, fue apaleado y tirado a un pozo con una piedra colgando de su cuello.

El fundador de Santa María en Trastévere fue además un Papa que readmitió en la Iglesia a muchos pecadores arrepentidos, recibió con los brazos abiertos a aquellos hijos pródigos que quisieron regresar. Esa misericordia que ponía en práctica el fundador de la basílica se prolonga hoy en día en la caridad de un templo con las puertas abiertas, en sentido literal y figurado. Porque la basílica abre a diario a las 7:30 horas y cierra a las 21:15. «Creo que Santa Maria in Trastevere trata de vivir lo que dice el Papa Francisco en la Evangelii gaudium, una Iglesia en salida», asegura Gnavi. Son varias Misas diarias, confesión y actividades caritativas las que se desarrollan en su interior con enorme vitalidad. Cada día a las 8:30 horas cientos de personas se congregan para la oración que dirige la Comunidad de Sant'Egidio. Solo durante el Jubileo de la Misericordia participaron más de 91.000 personas.

Espacio de ecumenismo por excelencia

Santa María en Trastévere es una basílica de puertas abiertas, no solo por su horario sino también porque es la casa para cristianos de otras confesiones, un espacio de ecumenismo en uno de los barrios más típicos de Roma. Por ejemplo, cuando la Pascua católica y la ortodoxa coinciden, hay un día de lectura compartida del Evangelio. También ha acogido las visitas del patriarca ecuménico Bartolomé o del arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra Justin Welby.

Entre sus múltiples actividades no se descuida la catequesis, ni la de los más pequeños ni la de los mayores. Hay varios grupos para niños y jóvenes; para personas con discapacidad, que además son las encargadas de preparar la Misa de 11:30 horas del domingo; para personas sin hogar, y para ancianos. Son las personas mayores las que preparan los bocadillos y paquetes para los sin techo que después distribuyen los más jóvenes por las calles de Roma. En la basílica intentan fomentar el contacto entre ancianos y jóvenes, tal y como recomienda el Papa Francisco.

Impregnada del espíritu scout

Además contribuye al espíritu de Santa María un nutrido grupo de scouts como Silvia, una de las jefas. Ella ha crecido en Trastévere, y ha recibido en la parroquia los sacramentos. Los scouts ayudan también los domingos a preparar la Misa: «Los jóvenes sienten que la basílica es un punto de encuentro, no solo para rezar, sino también para compartir experiencias e incluso estudiar allí en lugar de ir a la biblioteca». Silvia, universitaria de 25 años, define lo que para muchos jóvenes como ella supone este templo: «Es un lugar para estar juntos y crecer. Para mí es una segunda casa. La educación que me han dado mis padres es fundamental pero creo que sin Santa María no sería la que soy. Gracias a Santa María soy mejor de como sería. Me alejé de la basílica durante tres años y sentí que me faltaba mi casa».

Son los más jóvenes en su mayoría los que cada noche abarrotan las angostas calles del popular barrio de Trastévere. Es quizá esta masiva afluencia de romanos de las periferias y de miles de turistas la que ha hecho que la zona pierda un poco de su identidad. «El contacto humano que ofrece la basílica hace que el barrio recuerde lo que es», sostiene don Marco. La oferta de caridad y Evangelio que propone Santa María es algo que no cambia ni con los años, ni con las modas. Por eso, asegura su párroco, «la ciudad siente a la basílica como un corazón materno».

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