"Pedro es hoy, para la Iglesia y para el mundo, Benedicto XVI" Rouco denuncia una trama para atacar al Papa y a la Iglesia

El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, ha hecho público un texto pastoral con motivo del Día del Papa, que se conmemora el domingo más próximo a la festividad litúrgica de los Santo Apóstoles Pedro y Pablo. En él, afirma que "la verdad del Primado de Pedro se actualiza siglo tras siglo desde su muerte martirial en la figura de sus Sucesores en la sede de Roma que han continuado su misión sin solución de continuidad ¡ininterrumpidamente! hasta ahora mismo y que por la promesa del Señor seguirá ocurriendo hasta que Él vuelva en gloria y majestad. ‘Pedro' es hoy, pues, para la Iglesia y para el mundo nuestro Santo Padre Benedicto XVI".

"No faltaron ocasiones en la historia en que ‘los poderes de este mundo' se adelantaron a pronosticar el fin del Papado, es decir, de ‘Pedro'". "‘Los poderes del mal' han sabido siempre muy bien de la eficacia del ‘hiere al Pastor y se dispersarán las ovejas'; y, por contra, los fieles del Señor saben también muy bien que ‘Pedro' siempre saldrá libre y victorioso en la misión de mantener viva la confesión de la fe en Jesucristo, ‘nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro Señor', cuando toda la Iglesia ora insistente y perseverante por él".

"Conviene y urge en esta nueva situación histórica, que estamos viviendo en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo del presente año, 2012, mantener fresca y ferviente la memoria de que la Iglesia ha sido edificada sobre ‘Pedro', que se adelanta a los demás apóstoles a confesar que ‘el Hijo del hombre', superando infinitamente lo que la gente decía de Él (‘unos que Juan, el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas'), es ‘el Mesías, el Hijo de Dios vivo'. ¡Una confesión de fe que no se la había revelado ‘nadie de carne y hueso', sino el Padre ‘que está en el cielo'! Sí, sobre esta confesión de fe el Señor edifica su Iglesia, el nuevo pueblo de Dios".

"Todos los que pretenden debilitar a ‘Pedro' y todo lo que se articula en el mundo de las ideas, de la acción y de la información con esa finalidad, en el fondo de sus intenciones y propósitos se esconde la voluntad de infligir una herida a la comunidad de los creyentes: ¡hacerla tambalear o, al menos, titubear en la fe! Con las consecuencias de debilitamiento moral de las conciencias y de sus efectos destructivos en el campo del reconocimiento de la dignidad de la persona humana, del matrimonio, de la familia, de la justicia social y de la solidaridad. ¡El servicio de ‘Pedro' a la fe es un verdadero servicio a la Iglesia y a toda la humanidad!", asegura.

"Benedicto XVI, ‘el Pedro' de nuestros días, nos ha convocado a celebrar y a vivir un ‘año de la Fe'. ¿Será, por ello, por lo que se le ha hecho y hace sufrir tanto? Muchos son los indicios que sugieren una contestación afirmativa. La respuesta de la Iglesia en España y, por supuesto, la de la Archidiócesis de Madrid no puede ser otra que la de la fiel y apostólicamente generosa disposición para acoger su llamada a la nueva Evangelización: ¡a la Misión! En Madrid, la viviremos a partir de ahora mismo bajo el lema ‘Misión-Madrid'".

"No podemos olvidar en esta verdadera encrucijada histórica -cuyas ‘señas' de identidad son la crisis económica, social, cultural y moral y espiritual- lo mejor de nuestra historia de fidelidad al Evangelio transida de un amor a Jesucristo vivido en la comunión nunca rota con ‘Pedro' y de un compromiso misionero que no conoció fronteras a la hora de llevar a los hombres de todos los continentes la Buena Noticia de Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros: ¡el Redentor del hombre! Y, sobre todo, no podemos ni queremos olvidar la cercanía reiteradamente mostrada por nuestro Santo Padre Benedicto XVI a España".

"Hoy es, pues, la hora de unirnos sin fisuras e intensamente en la oración por el Papa y de ofrecerle nuestra ayuda, ‘el óbolo de San Pedro', que desde tiempo inmemorial él necesita para sostener y realizar su tarea de Pastor de toda la Iglesia -¡de todos los Pastores y de todos los fieles!- al servicio de la unidad en la caridad de todos sus hijos e hijas: para el bien de la familia humana y, en especial, de los que en ella más lo necesitan en el alma y en el cuerpo".

"Nuestra plegaria por nuestro Santo Padre Benedicto XVI se la confiamos a la Virgen Santísima, que cuidó milagrosamente de los Papas de los dos últimos y dificilísimo siglos (recordemos a la Virgen de Fátima y a Juan Pablo II en este contexto), para que lo haga con él con la misma delicadeza y ternura que le mostró a sus predecesores", concluye.

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