El ministro de Educación entrega la Orden de Alfonso X el Sabio a Manuel de Castro Gabilondo, a De Castro: “Eres un ejemplo de dignidad”

(Jesús Bastante).-No estaban todos los que son -las ausencias por parte de la jerarquía eclesiástica fueron clamorosas-, pero sí eran todos los que estaban. La comunidad educativa dejó a un lado los debates sobre el Pacto Educativo y la politización del ambiente para arropar a "una de las personas más relevantes en la educación española de los últimos años", según definió el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, al ex secretario general de Escuelas Católicas, Manuel de Castro, que ingresó en la Orden de Civil de Alfonso X el Sabio con Encomienda de Plata.

Altos cargos del Ministerio, los sindicatos y el asociacionismo escolar, todas las congregaciones, el presidente de CONFER y el consejero de los salesianos para Europa Occidental, José Miguel Núñez, en representación de la congregación donde hace años Manuel de Castro decidió ofrecer su vida.

Todos aplaudieron, emocionados, el sentido discurso del galardonado en la sede del Consejo Escolar del Estado, donde tantas veces discutió y alcanzó acuerdos, y donde esta tarde reivindicó "la labor bien realizada" a lo largo de sus ocho años al frente de las Escuelas Católicas.

Un balance netamente positivo, "con no pocas oscuridades y tormentas", pero con un sentido. "Jamás hemos abandonado la ruta", afirmó De Castro, visiblemente emocionado.

En su alocución, el salesiano agradeció la "oportunidad de trabajar por la educación católica", y diseccionó sus convicciones (un total de 24) acerca de la realidad educativa. Entre ellas, De Castro destacó el pleno desarrollo de la sociedad humana, donde la escuela "es vital para formar personas íntegras", aunque no tenga el antídoto contra todos los males.

El salesiano invocó la necesidad de estar atentos a los medios de comunicación y, como parte de la Iglesia, "ser fieles al proyecto educativo" y a la calidad. Porque "una escuela que no es de calidad, tampoco es católica".

De Castro animó a la cooperación entre la escuela concertada y la pública, pues "una no tiene la culpa de los males de la otra, ni viceversa", y criticó la "excesiva politización" de la educación. "Debemos apostar y trabajar por un Pacto Escolar con contenido", añadió el religioso, que reclamó el protagonismo de alumnos, familia y profesores en la escuela, y la necesidad de que estén en contacto, y sean comprendidos, por las Administraciones.

"La educación es uno de los pilares de mi vida, y creo haber aportado mi trabajo por el diálogo y la independencia política", concluyó De Castro.

Por su parte, el ministro Gabilondo trazó un discurso emotivo y elogioso hacia la figura del galardonado, a quien puso como ejemplo de que "podemos vivir con convicciones diferentes. No necesitamos renunciar a ellas para construir un país".

Refiriéndose a De Castro, el ministro afirmó que "se puede ser un mal profesor y ser una buena persona, pero si no se es buena persona no se puede ser buen profesor".

"Manuel de Castro es una de las personas más relevantes en la educación en los últimos años", afirmó el titular de Educación, que definió la figura del salesiano en torno a sus valores: diálogo, sensibilidad, decisión, trabajo constante y dedicación, altura de miras, templanza y mesura, cooperación, compromiso con sus valores y con la sociedad y actitud muy responsable, frente a los que "confunden la coherencia con la incapacidad de abrirse o escuchar a los otros".

"Valoro tu firmeza, tu convicción y tu capacidad de comprensión", añadió Gabilondo, que concluyó afirmando que "eres un ejemplo de dignidad, de mérito, de referencia para el presente y el futuro". Y quiso acabar invitando a De Castro a seguir trabajando por la educación. "Esto no es un homenaje, ni una despedida, no es un funeral".

Abrió el acto la presidenta del Consejo Escolar del Estado, Carmen Maestro, quien mostró su "cariño" hacia el galardonado, que ha participado durante ocho años como consejero en esta institución. "Agradecemos tu sabia forma de entender la participación, escuchando, poniéndote en el lugar del otro, buscando soluciones", indicó. "Eres un referente del buen hacer, del sosiego, de la firmeza y del pragmatismo".

Finalmente, el sucesor de Manuel de Castro como secretario general de las Escuelas Católicas, Juan Antonio Ojeda, dio las gracias "con mayúsculas" al trabajo llevado a cabo por su antecesor, que "deja la antorcha bien prendida". "Has demostrado lealtad y apoyo total a la escuela católica, con talante y diálogo, has sido prudente y arriesgado por la causa de Jesús. Has sembrado comunión", afirmó Ojeda en nombre de Escuelas Católicas. "Seguimos contando contigo".

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