Ahora, a por la pastoral juvenil
Nos cuenta Vidal que entre los seguidores de las "doctrinas" del jesuita Mendizábal -que ya está impartiendo los ejercicios espirituales de una cuarentena de prelados, quienes durante toda esta semana estarán en Pozuelo-, se encuentran dos obispos, curiosamente los dos actuales responsables de la Pastoral Juvenil: José Ignacio Munilla y Francisco Cerro. La marcha de Víctor Cortizo y de monseñor Saiz Meneses de esta pastoral no fue una buena noticia. El trabajo realizado por ambos fue sumamente satisfactorio, y dio ante el mundo la imagen de una juventud católica potente, comprometida y, lo que es más importante, viva y vivificadora. ¿El objetivo, ahora, es la pastoral juvenil? En todo caso, curiosos movimientos los que estamos viendo en estos días. Primero, con la "vuelta" del padre Mendizábal -ya Vidal les pone al corriente de sus hazañas-. Después, con la recuperación de D. Marcelo (en contraposición con el olvido al que ha sido sometido Tarancón por parte de nuestra Iglesia oficial). Tercero, con la progresiva politización de cierto sector -mayoritario en la CEE, pero sin fuerza para influir, como debiera, en la sociedad- de nuestro Episcopado. Que, también, se está trasladando a nuestros jóvenes. Bien harían algunos en reflexionar si la juventud que queremos en nuestra Iglesia es una Iglesia viva, joven y alegre, o por el contrario una juventud cabreada, apagada... y obediente.
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