Andrés y sus padres siguen luchando, con fuerza, cabezonería y tesón. Como siempre han sido los mayores, y como está saliendo el enano.De tal palo tal astilla.
Van a salir adelante, estoy convencido. Y, si hace falta, a empellones. Ayer experimentó una
muy ligera, casi imperceptible mejoría, y sigue en la UCI, sedado, alimentado por sonda y con un montón de cables que, la verdad, asustan bastante. Pero
sus padres sonríen cuando salen del box (apenas pueden ver a su hijos dos cuartos de hora al día), y hacen bromas pensando en que
el chico va a salir del hospital con media carrera de Medicina hecha. Saben que estáis rezando por ellos, y les parece imposible que tantas personas se ocupen de su pequeño tesoro. Muchas gracias en nombre de ellos. Y en el nuestro. La cosa va para largo, y probablemente haya picos de subidas y bajadas en el estado del campeón, que seguro cumplirá un mes en el hospital. Él sabe que hay muchos que le esperan -que le esperamos- afuera, en la calle, cuando haga sol, para enseñarle a ser un niño, y recordar algunas cosas de cuando nosotros lo éramos. Que no viene mal volverse niño de vez en cuando. Y tener el convencimiento de que las personas hacen cosas porque sí, porque hay mucha gente buena, que dicen aquí en el sur. Como vosotros que leéis y oráis por Andrés el campeón. Y por nosotros.
Jesús y Carina