Mañana es el día (de la Ciudadanía)
No sé qué fallará el Alto Tribunal, pero sí me atrevo a asegurar que su sentencia no supondrá el final de la polémica. Si avala la asignatura, los padres objetores ya han anunciado que recurrirán al Constitucional y, si cabe, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Tal vez desconocen que dicho Tribuanl, en una sentencia de 25 de mayo de 2000, rechazó un caso similar -unos padres cántabros que objetaron la educación sexual en un colegio público. La chica acabó suspendiendo el curso-. Y, sobre todo, no ven que los grandes perjudicados en todo esto (a corto, a medio y a largo plazo) son sus propios hijos.
El Gobierno no ha anunciado nada, tal vez conociendo que el Tribunal le va a dar la razón, al menos en casi todo. El Episcopado, por su parte, ha reculado sobremanera, y las cuasi llamadas a la manifestación en las calles han pasado a un "Ciudadanía sí, pero no así", que pretende un acercamiento para hacer de la asignatura algo más llevadero y que no imponga unos valores determinados desde el Estado.
Pues ojalá sea así, qué quieren que les diga. Aunque personalmente yo cambiaría poco de la ley: apenas la referencia que hace, en el preámbulo (no en el texto legislativo) al derecho que asiste al Estado a formar en materia moral a los alumnos. Y dejaría bien claro, por parte de todos, el gran papel que han acometido en toda esta polémica tres instituciones, católicas ellas, vilipendiadas hasta el extremo por otros católicos (para regocijo del Ejecutivo Zapatero, claro): FERE, Confer y SM. Valientes y evangélicas, sí señor.
Aquí se ha dicho muchas veces, y no es cuestión de repetir los argumentos, que creemos necesaria una Educación para la Ciudadanía. En un mundo como el actual, es absolutamente precisa. Es más: ojalá hubiéramos tenido algo semejante los que hoy somos (o estamos cerca de ser) padres. Otro gallo nos cantaría a la hora de educar en tolerancia, libertad y respeto al diferente a nuestros hijos. El futuro, también, pasa por la diversidad. Que, por cierto, no tiene nada que ver con el relativismo.
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