Está resultando un viaje agotador para el
Santo Padre, sobre todo en esta segunda etapa, la más difícil, tras el aparente oasis de sus tres días en
Jordania. En Israel y Palestina. Porque tal vez éste esté siendo el meollo del viaje, más allá de la peregrinació espiritual del
Vicario de Cristo a las fuentes de la fe: Israel y Palestina.
Dos estados, que deben convivir en paz. Y el Papa se ha atrevido a decirlo. Y, lo que es más sorprendente, personalidades como
Simon Peres, presidente de Israel, acaba de confirmar que los deseos del Papa no están en el limbo: "
Es legítimo que el Papa apoye un Estado palestino. Israel también", ha afirmado.
Pero es que, además, el Papa se ha atrevido a decir, en Israel, muchas cosas que nadie se hubiera atrevido. El
padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, que ha vivido muy de cerca parte del viaje de
Benedicto XVI, nos enviaba ayer un sms que suscribimos por completo: "El Papa, valientemente, califica de
'trágica' la construcción del muro en Cisjordania. Gracias... Él no es sospechoso de demagogo. Qué verdad. Tenemos que luchar contra estos horrores". Y el Santo Padre, pese a quien pese, lo está haciendo. Con valentía y con fuerza. Y con la paz y la verdad por delante.
baronrampante@hotmail.es