¿El adiós de Mendoza? Preguntas... y algunas respuestas

Hoy nos hemos desayunado con unas sorprendentes declaraciones del patrón de la Ucam, José Luis Mendoza, en las que anuncia que donará todo el patrimonio de la Fundación que gestiona la Universidad (unos 60 millones de euros) a la Iglesia. Mitad y mitad: Vaticano y diócesis.

Para ello, tendrán que modificarse los estatutos. ¿Sobre la titularidad de los bienes? Una decisión explosiva, que deja detrás muchos interrogantes. ¿Significa esto la marcha de Mendoza de la Ucam? ¿Desaparecerá la Universidad? La noticia coincide con la "crisis" del campus de Cartagena, una de las "joyas de la corona" del presidente de la Ucam. ¿Hay más problemas económicos o judiciales, derivados de la cesión de los terrenos de Defensa? Y, sobre todo, ¿qué claves eclesiásticas se esconden detrás de esta decisión? A nadie se le escapa que en Roma no sentó muy bien cómo acabó la historia Ucam-Mendoza-Reig, con el obispo humillado y el laico como claro vencedor. A veces las venganzas se sirven frías.

En conversación telefónica, Mendoza nos aclara algunas de estas cuestiones. Por ejemplo, asegura que la decisión la tomaron su mujer y él hace mucho tiempo, y que esto no implica que vaya a desaparecer la Ucam. Sólo, que cuando él -o sus hijos si él falta- decidan que el proyecto educativo ha concluido, los bienes pasarán automáticamente a la diócesis y el Vaticano. La modificación de los estatutos se hará la próxima semana, según anunció un Mendoza muy moderado y conciliador. Hasta el punto que reconoció a monseñor Reig "ser un buen obispo y una buena persona" que "estuvo mal aconsejado", al tiempo que agradece el papel de Azagra, Juan Pablo II y Benedicto XVI (no cita a Rouco ni a Cañizares). Explica Mendoza la riqueza que ha generado en la zona, pero no da respuestas a las claves eclesiásticas que hay detrás. O mejor: asegura que no hay claves, sino sólo una decisión personal y familiar. Y como él lo dice, aquí lo consignamos.

También hay que valorar la situación en la que el patrón de la Ucam quedó en su propio movimiento tras la polémica, ni las luchas internas en la dupla Rouco-Cañizares. Últimamente, además, las polémicas declaraciones de Castrillón en el macro congreso sobre Juan Pablo II, no han gustado, y nada, en la Santa Sede, pues han supuesto un golpe en la línea de flotación de la beatificación de Wojtyla en pleno escándalo de Maciel.

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