El caos de las acreditaciones

Lunes 15 de agosto. Nueve y media de la mañana, hora prevista para la apertura del Centro de Prensa Internacional, donde más de dos mil periodistas, cámaras, fotógrafos, editores y demás debemos recoger la acreditación general -lo de conseguir pools será harina de otro costal-, que nos permita poder entrar y trabajar en el Centro de Prensa. Y las puertas están cerradas. Se organiza una pequeña cola, que poco a poco se va agigantando. A las once, se abren las puertas, pero sigue habiendo problemas. Algunas acreditaciones están sin hacer, los responsables de la Policía no han llegado y el sistema de espera -hay que guardar dos filas antes de saber si, finalmente, tu acreditación está o no hecha-. Tampoco hay nadie que informe: sólo unas chicas muy educadas que nos explican lo que ya sabemos: que tenemos que guardar cola y entrar a otra fila, y una vez allí preguntar... y rezar. El caos, eso sí, no entiende de medios afines o "enemigos". Las caras de los periodistas de Cope y Mundo Cristiano son un poema y reflejan el cabreo generalizado de los compañeros.

Muchos, tras un par de horas de no saber, decidimos marcharnos: ya habrá días para recoger la acreditación, aunque Madrid esté cortado y tomado por los "papaboys". Tenemos que trabajar, y no nos podemos permitir el lujo de perder un día entero en esto. Ni siquiera con motivo de la muerte del Papa tuvimos que esperar más de media hora, y en los recientes viajes a España tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI la prensa no tuvo ningún tipo de problemas en acreditarse de forma rápida y eficaz. Se empiezan a resquebrajar algunas costuras.

Esperemos que sólo tengan que ver con la "canallesca" que, de un modo u otro, nos buscaremos la vida para informar. Pero como algo así le suceda a un grupo de chicos de Bostwana, Irak o Nueva Zelanda, vamos listos... Y esta tarde arranca la JMJ. Y el jueves, al fin, llega el Papa.

baronrampante@hotmail.es
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