En defensa del Papa

Benedicto XVI podría ser reprobado por el Parlamento español. Sólo es una posibilidad teórica, pues espero sinceramente que la cordura se aloja en nuestros diputados. Pero el mero hecho de que plantee esta opción es para preocuparse. ¿No tienen otra cosa que hacer Sus Señorías que plantearse reprobar al Papa de Roma? Y cuando digo esto no hablo sólo de las dos diputadas del PP -que, en puridad, hicieron lo que dictaba el reglamento, lo cual no implica que estén de acuerdo con la medida- sino, sobre todo, con quienes formularon la petición. Como dicen en mi pueblo: dinero no habrá, pero para tontadas...

El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, escribe hoy en Religión Digital un atinado artículo contra todos aquellos que se han erigido en inquisidores, reivindicando una libertad que niegan a los otros. Lamentablemente, esta realidad también se vive en otras orillas -los ejemplos los estamos viviendo muy de cerca-, y probablemente alguno de nuestros obispos tampoco se libre de esa consideración. Pero en este caso los culpables no están del lado eclesiástico.

Decía Voltaire: "No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo". Benedicto XVI ha realizado unas manifestaciones, no siempre bien entendidas (ver mi post sobre la traducción de sus palabras), y con las que no hay que estar de acuerdo ni siquiera siendo católico, pues no comprometen el Magisterio Pontificio. Dicho esto, y dejando clara la libertad para criticar, o apoyar, desde el respeto, las opiniones de cualquiera, me parece una falta absoluta de sensibilidad -y de inteligencia- entrar a juzgar parlamentariamente -estamos hablando de un Jefe de Estado, pero además de uno de los pocos líderes globales (no nos sobran precisamente) en este recién estrenado siglo XXI- lo que diga o deje de decir el Papa. Una torpeza en toda regla, que supone un atentado a la libertad.

Como católico, además, no me gusta que, como afirma el cardenal de Sevilla, se haya iniciado la caza de una especie de "ejército de salvación" o de gendarmería contra el Pontífice. En muchas ocasiones hemos criticado la falta de una respuesta positiva y propositiva por parte de nuestros obispos. Hoy toca hacer lo mismo sobre algunos de nuestros parlamentarios. Así tampoco se construye sociedad, Señorías.

baronrampante@hotmail.es
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