Acaba de conocerse el
fallecimiento de Alexis II, patriarca de Moscú, primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa y uno de los cuatro grandes líderes de esta confesión. Probablemente, el más relevante, dada la situación que se ha vivido -y se vive- en Rusia. Encontrarán toda la información en
Religiondigital.com. Tuve la oportunidad de conocerle en un encuentro en Moscú, hace muchos años. Debo confesar que
salí impresionado, al igual que cuando he podido estar cerca de Juan Pablo II, Benedicto XVI o el Dalai Lama. Supongo que
se siente el aliento de la responsabilidad de guiar a millones de almas. Alexis fue, durante muchos años, un
guardián férreo de la tradición ortodoxa frente a supuestos intentos -esa gran persona que es
Tadeus Kondruziewitz, antes arzobispo de Moscú, y los responsables de
Ayuda a la Iglesia Necesitada saben bien de lo que hablo- de "proselitismo católico" en Rusia. El patriarca
fue uno de los responsables de que Juan Pablo II no pudiera viajar, como era su deseo, a Rusia. Pero, siendo honestos, también hay que reconocer que la designación de Benedicto XVI supuso para Alexis II una buena noticia. Y que, en los últimos tiempos, las históricas
barreras de incomprensión entre ortodoxos y católicos comenzaban a derribarse. Cada vez se dan más pasos hacia la ruptura del primer gran cisma de la Cristiandad, el ortodoxo, del que pronto -en los tiempos de la Iglesia, o sea, 2054- se cumplirá
un milenio. Demasiado tiempo para un hombre, también para unos creyente que ansían reconocerse como hermanos. Descanse en paz Alexey, patriarca de Moscú, líder de los ortodoxos rusos...
hermano en la búsqueda de Cristo. Y en la construcción del Reino.
baronrampante@hotmail.es