Una pésima respuesta de Zapatero
Como no podía ser de otro modo, el sacerdote ha echado la directa: "¿Usted cree que el embrión y el feto es un ser humano?". ¿Creen ustedes que Zapatero ha respondido? Para nada. Fiel a su discurso, ha apuntado lo siguiente (más menos): "Usted plantea un debate casi doctrinal y científico. Lo que ha dicho el Tribunal Constitucional en torno a la ley del aborto es lo que yo defiendo. Entiendo que es un derecho de la mujer interrumpir voluntariamente su embarazo, con condiciones y con límites. Y lo entienden todos los países democráticos occidentales. Casi todos tienen ley de plazos".
¿Y bien? ¿Y la respuesta a la pregunta? Ante un cada vez más irritado -Zapatero se había pasado en la duración de sus respuestas, y los ciudadanos, con la lección aprendida, no han soltado el micrófono, y muchos de ellos han repreguntado hasta la saciedad- Lorenzo Milá, que pedía que no hubiera réplica, el sacerdote le ha recordado que él no le había preguntado por la ampliación de la ley, sino por si consideraba que el feto y el embrión era un ser humano. Zapatero, de nuevo, por la tangente: "No soy partidario de penalizar, de llevar a la cárcel a mujeres en situaciones que viven con gran dureza. Yo no soy partidario de llevar a las mujeres a la cárcel. Siempre que tenga límites razonables…". Y, cómo no, con la coletilla final: "Respeto profundísimamente su posición y sus convicciones". Pero no responde a las preguntas, o lo hace, como en esta ocasión, de un modo pésimo. Así no, presidente.
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