El sueño del Papa que se puso en huelga de hambre... para acabar con el hambre

Feliciano Mayorga ha tenido un sueño. Polémico, idílico, conflictivo... pero tan hermoso. El Papa se escapa de Roma, y aparece en Mogadiscio, y se pone en huelga de hambre hasta que la comunidad internacional haga algo para acabar con la hambruna que sacude el cuerno de África, y la injusticia que la provoca, y que genera otras pobrezas en tantos rincones del mundo. Un sueño irreal, absurdo, imposible de convertir en realidad... pero profundamente agradable de soñar. Por favor, gasten tres minutos de su día en leerlo, pinchando aquí. Merece la pena.

Siempre he pensado que cargar el peso de la responsabilidad de un partido, de una iglesia, de una multinacional, ya ni hablemos del mundo, sobre los hombros de una persona es una barbaridad. Pero es cierto que en esta Tierra cada vez más individualista, descreída y desairada, necesitamos profetas. Y hoy hay pocos que puedan levantar una mano, pronunciar una palabra o formular un deseo, y sean escuchados. Y el Papa de Roma, probablemente, sea el más relevante de ese pequeño club de "elegidos".

Es imposible que el Papa se escape de Roma, viaje a Mogadiscio, se manche las manos con los pobres de entre los pobres, se desvista de sus ropajes y esté dispuesto a morir de hambre por los que no tienen nada que comer. Muchos misioneros y cooperantes, por cierto, lo hacen a diario. Tampoco se le puede exigir. Pero imaginen, sólo por un instante, un gesto similar. Y, si me lo permiten, sí que quiero desear que, de una manera u otra, el espíritu que transmite el sueño de Feliciano Mayorga pueda transmitirse, de grito en grito, de post en post, de tweet en tweet, a todos los rincones del planeta. Como una cadena de favores. No es mal momento para ponerse a soñar, en lugar de quedarnos dormidos, sin hacer nada.

baronrampante@hotmail.es
Volver arriba