La Constitución Gaudium et spes

Pablo VI

La Iglesia en el mundo de hoy

Introducción
Parte I

La Iglesia y la vocación del hombre

11. Hay que responder a las mociones del Espíritu._ El Concilio quiere devolver a su fuente divina los valores que disfrutan hoy de una grandísima estima, como son el hombre, la edificación de la sociedad, el sentido del trabajo.

Capítulo I._ La dignidad de la persona humana

12. El hombre, imagen de Dios._ La Escritura nos enseña que el hombre fue creado a imagen de Dios. El hombre no fue creado solo, sino que fue creado conjuntamente con la mujer y formó con ella la primera comunidad personal. El hombre es un ser social.

13. El pecado._ En el exordio de su historia, el hombre pecó. Este dato de la Revelación se ve confirmado por la experiencia, la cual nos muestra al hombre dividido en sí mismo e inclinado al mal. Dios ha venido a liberarnos del pecado, que es una merma del hombre.

14. Elemetos constitutivos del hombre._ No es lícito menospreciar el cuerpo, que ha sido creado por Dios y destinado por Dios a la resurrección, y que, juntamente con el alma constituye al hombre en su total integridad, hecho también de materia, aunque superior a las cosas puramente materiales.

15. Dignidad de la inteligencia._ La inteligencia no se limita a la investigación del mundo sensible, sino que alcanza además la realidad inteligible y tiene su cima en la sabiduría.

16. Dignidad de la conciencia moral._ La conciencia puede ser errónea por ignorancia invencible, sin culpa; lo cual no sucede cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad o se deja enredar en el pecado.

17. Grandeza de la libertad._El hombre puede orientarse hacia el bien solamente basándose en su libertad; ésta no significa obrar según el propio capricho, sino tender al fin propio con elección libre del bien, lo cual desde el pecado original no puede realizarse sin la ayuda de la gracia .

18. El misterio de la muerte._La fe, afirmando el destino eterno del hombre, ofrece la única respuesta satisfactoria que tiene la angustia que el hombre siente frente a la perspectiva de la muerte.

19. Formas y causas del ateísmo._Las formas y motivos del ateísmo son varios. Quien voluntariamente busca alejarse de Dios no está exento de culpa. Responsabilidad de los creyentes que con una defectuosa presentación de la doctrina o con la incoherencia de su vida han favorecido reacciones contra la religión.

20. El ateísmo sistemático._El ateísmo moderno se presenta con frecuencia en forma sistemática, viendo en Dios un obstáculo a la soberanía del hombre y a su liberación económica y social. Los defensores de esta concepción, cuando llegan al poder, combaten la religión y predican el ateísmo.

21. Posición de la Iglesia frente al ateísmo._La Iglesia reprueba, hoy como ayer, estas doctrinas dañosas; pero se esfuerza en comprender los motivos de esta negación. La Iglesia no cree que el reconocimiento de Dios merme la dignidad del hombre, ni la esperanza escatológica disminuya el esfuerzo temporal. El remedio contra el ateìsmo está en la exposición adecuada de la doctrina y en el testimonio de vida.

Aunque rechaza el ateísmo, reconoce que también todos deben contribuir a la edificación de este mundo; deplora toda clase de descriminaciones entre creyentes y no creyentes, y, al tiempo que pide para los creyentes la libertad de profesar la fe, invita a los no creyentes a que consideren atentamente el Evangelio, el cual está en perfecta armonìa con la dignidad de la esperanza humana.

22. Cristo, el hombre nuevo._Cristo es el nuevo Adán, imagen visible de Dios. En él la naturleza humana ha sido levantada a una sublime dignidad. Cristo ha trabajado, ha pensado, ha obrado con manos, inteligencia y voluntad de hombre. Nos ha reconciliado con el Padre y nos ha ofrecido ejemplo de sufrimiento, dando significado nuevo a la vida y a la muerte. En Él todo hombre queda rehecho hasta la redención del cuerpo y su resurrección. Lo cual no vale solamente para los cristianos, sino que vale también para todos los hombres de buena voluntad, en los cuales la gracia trabaja invisiblemente.

--Ver Ocho grandes mensajes
BAC 1974
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