Dios hoy
Dios en la Ciencia, en la Cultura en la Sociedad y en la vida del Hombre
TEOLOGIA DE LA CIENCIA
Dios anda entre los Neutrinos
"Hasta ahora la mayoría de los científicos han estado demasiado ocupados con el desarrollo de teorías nuevas que describen qué es el Universo y no se han preocupado de hacerse la pregunta por qué. Por otra parte los que por oficio se ocupan de hacerse la pregunta por qué, los filósofos, no han podido estar al día en el desarrollo de las teorías científicas.
Sin embargo, si fuésemos capaces de descubrir una teoría completa, estaría en manos de todos, no sólo de unos pocos científicos. Entonces, todos, filósofos, científicos y el pueblo liso y llano, podríamos participar en el diálogo de por qué nosotros y el Universo existen. Si fuésemos capaces de hallar la respuesta a esta cuestión, sería el triunfo final de la razón humana, porque entonces habríamos descubierto la mente de Dios".
Dios anda entre los neutrinos, como anda entre los dólares(In Goz We Trust, En Dios Confiamos, se lee en los dólares), como anda entre los ateos (al negar su exsistencia presuponen su esencia)como anda entre las páginas de Carlos Marx("estoy lleno de plagas como Job, pero no soy tan temeroso de Dios como él", escribe a su amigo Engels), como anda entre los pucheros de Santa Teresa, como anda entre los genes egoístas de Richard Dawkins, como anda entre los españoles que nos "endiosamos" al hablar, al hablar de "todo Dios" O bien de "esto no hay Dios que lo arregle".
La física moderna, la ciencia de big-bang, de los agujeros negros y del caos ha desembocado en la teología: "Entonces habríamos descubierto la mente de Dios". Alfred Ayer, uno de los filósofos más modernos de este siglo, ha puesto sobre el tapete académico su teoría de que hablar de Dios es meaningless, no significa nada. Sin embargo, él sabe muy bien que todos entendemos qué quiere decir al hablar de Dios. No podemos ni siquiera hablar con propiedad de Dios _argumenta Ayer_, ya que no tenemos ningún asidero empírico, para agarrarnos a un tal concepto/realidad, es decir, podemos hablar de este papel y de este texto impreso porque lo vemos y tocamos, pero no podemos ver ni tocar a Dios.
Pero éteme aquí que los microscopios le hacen una mala jugada a Ayer. El papel que parece o aparece como una superficie continua, sólida y blanca se convierte por el arte de la magia científica de los microscopios en algo muy distinto: ni es blanco, ni es continuo, ni es sólido. Lo que es más: los físicos se hacen cargo de que la materia que parecía/aparecía como algo sólido, pesado, que podemos ver y tocar, se disuelve como un azucarillo en conceptos hetéreos como son los neutrinos, los quarks y las "últimas partículas" que no sólo no se pueden ver ni tocar, sino que en verdad no sabemos que son: no sabemos si las últimas partículas son ni últimas ni partículas.
No saben los físicos y los Stephen Hawkings si las partículas son algo más que wawes, ondas. El viejo problema de los fisósofos y teólogos medievales de cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler es científicamente comparable a cuantos millones de quarks, neutrinos y otros misteriosos entes de ciencia-ficción caben en la punta de un alfiler.
A partir de Aristóteles se ha dividido la ciencia y la filosofía en dos mundos: las cosas físicas: (una montaña, este libro, una mesa de roble), y la metafísica, es decir, cuanto está más allá de lo que puede verse (Dios o los ángeles. Descartes creó una variación a este tema aristotélico: las ideas que no son extensas y los objetos que son extensos. Pero llega el microscopio, y no digamos el microscopio de efecto túnel(por el que dieron el Nobel a Heinraich Rohrer), y la meta que separaba el mundo de la física y de la metafísica se va al garete.
La física se disuelve en la metafísica: la mesa de roble se convierte en nutrinos y quarks, misteriosos entes metafísicos que, como los ángeles, no se pueden ver ni tocar. La meta o frontera entre las ideas que no son extensas y los objetos que son extensos ya no existe.....
Ver: José Antonio Jáuregui, Dios hoy
Ediciones NOBEL