Economía excluyente

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strong>A modo de Conclusión.
Del Capitalismo Ilustrado
a la Construcción de
una Ciudadanía Económica

El concepto de Ciudadanía Económica fue expresado por Adela Cortina (1997) partiendo de la aceptación de la idea de que el compromiso social pasa por la vida económica. Indica que los actos de compromiso real de las personas tienen, además de una dimensión ideológica, una dimensión material y concreta para dar respuesta a los problemas detectados en nuestro entorno cotidiano

En otras palabras y con otra finalidad diferente, se parece a lo que el profesor Alfonso Rebollo planteaba al inicio de su libro Extructura del consumo en España(2001):
que el consumo condiciona(posibilita)la construcción del proyecto de vida de una persona. Parece que vivir de manera parcelada, ocio, solidaridad y opción de vida comienza a plantear comportamientos y acciones que van más allá de las actuaciones puntuales para cada uno de estos ámbitos. La gestión del patrimonio privado, de los bienes de cada persona, está relacionada e integrada en la manera cómo los seres humanos entienden, defienden y cuestionan el mundo en el que viven.

Adela Cortina identifica tres dimensiones que conforman el concepto pleno de ciudadanía: un estatu legal(un conjunto de derechos), un estatus moral(un conjunto de responsabilidades) y una identidad por la que una persona se sabe y siente perteneciente a una comunidad. Esta última dimensión se concreta en procesosos y prácticas por los que los ciudadanos y ciudadanas comparten unos valores y normas de comportamiento que posibilitan la convivencia, y les dota de una identidad colectiva.

Desde esta identidad es desde donde sienten la llamada a participar activamente en los asuntos comunes, en la mejora de la comunidad. También en lo más prosaico y cotidiano como es la cesta de la compra.

En www.storyofsftuff hay videos y recursos que explican
la hitoria de las cosas desde un punto de vista soste-
nible. Merecen especial atención el video La
Historia
del cambio

. En apenas ocho minutos se explica que más allá
de ejercer un consumo responsable desde un punto de
vista moral, individual hay que trascender a una dimen-
sión política, grupal, colectiva, transformadora.

Así la persona preocupada por su entorno, por los demás
convecinos, tendría el deber y la libertad para elegir qué actitud tener ante cualquier circunstancia, cosa hoy difícil en el mundo televisado y mediático en el que vivimos. Desde essa actitud podría y debería elegir el sentido que le da a las situaciones económicas que vivimos, lo que le llevaría a redifinir y cambiar paradigmas (lo que creemos de nosotros, de nuestra vida, de la sociedad en la que vivimos).

Solo así podría redefinir sus objetivos vitales y profesionales y en definitiva responder a la pregunta de para qué vivimos. Vivimos para dejar el mundo un poco mejor de como estaba cuando entramos en él. Vivimos para, mientras dura nuestro paso por él, tratar de hacer de este planeta un lugar más limpio, más agradable, más justo. En ese sentido, la invitación ser ciudadanos activos pasa por la invitación a realizar una actividad de ciudadanía en lo económico.

Ver: Carlos Ballesteros, Economía de la Liberación
Folletos Alandar 48
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