(2)Para solucionar este mal, los socialistas, atizando el odio de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes, estimando mejor que, en su lugar, todos los bienes sean comunes y administrados por las personas que rigen el municipio o gobiernan la nación.
Creen que con este traslado de los bienes de los particulares a la comunidad, distribuyendo por igual las riquezas y el bienestar entre todos los ciudadanos, se podría curar el mal presente. Pero esta medida es tan inadecuada para resolver la contienda, que incluso llega a perjudicar a las propias clases obreras.
(Crítica de esta solución desde el punto de vista obrero)
Sin duda alguna, como es fácil de ver, la razón misma del trabajo que aportan los que se ocupan en algún oficio lucrativo y el fin primordial que busca el obrero es procurarse algo para él y poseer con propio derecho una cosa como suya. Si, por consiguiente, presta sus furzas o su habilidad a otro, lo hará por esta razón: para conseguir lo necesario para la comida y el vestido; y por ello, merced al trabajo aportado, adquiere un verdadero y perfecto derecho no sólo a exigir el salario, sino también para emplearlo a su gusto.
Luego si, reduciendo sus gastos, ahorra algo e invierte el fruto de sus ahorros en una finca, con lo que puede asegurarse más su manutención, esta finca moralmente no es otra cosa que el mismo salario revestido de otra otra apariencia, y de ahí que la finca adquirida por el obrero de esta forma debe ser tan de su dominio como el salario ganado por su trabajo.
Ahora bien, es en esto precisamente en lo que consiste, como fácilmente se colige, la propiedad de las cosas tanto muebles como inmuebles. Luego los socialistas empeoran la situación de los obreros todos, en cuanto tratan de transferir los bienes de los particulares a la comunidad, puesto que, privándolos de la libertad de colocar sus beneficios, con ello mismo los despojan de la esperanza y de la facultad de aumentar los bienes familiares y de procurarse utilidades.
(Y desde el punto de vista del ser humano
en general)
(4) Los socialistas proponen un remedio en pugna con la justicia, en cuanto que el poseer algo en privado como propio es un derecho dado al hombre por la naturaleza. También en esto es grande la diferencia entre el hombre y el género animal. Las bestias no se gobiernan a sí mismas
sino que lo son por un doble instinto natural, que ya mantiene en ellas despierta la facultad de obrar y desarrolla sus fuerzas oportunamente, ya provoca y determina, a su vez, cada uno de sus movimientos.
Uno de esos instintos lo impulsa a la conservación de sí mismas y a la defensa de su propia vida; el otro a la conservación de la especie. Ambas cosas se consiguen fácilmente con el uso de las cosas al alcance inmediato, y no podrían ir más allá, puesto que son movidas por el sentido y por la percepción de las cosas singulares._ Muy otra es la naturaleza del hombre. Comprende simultáneamente la fuerza toda y perfecta de la naturaleza animal, siéndole concedido por esta parte, y desde luego en no menor grado que al resto de los animales, el disfrute de los bienes de las cosas corporales.
La naturaleza animal, sin embargo, por elevada que sea la medida en que se la posea, dista tanto de contener y abarcar en sí la naturaleza humana, que es muy inferior a ella y nacida para servirla y obedecerla. Lo que se acusa y sobresale en nosotros, lo que da al hombre el que lo sea y se distinga de las bestias, es la razón o inteligencia.
Y por esta causa de que es el único animal dotado de razón, es de necesidad conceder al hombre no sólo el uso de los bienes, cosa común a los animales, sino también poseerlos con derecho estable y permanente, y tanto los bienes que se consumen con el uso cuanto los que, pese al uso que se hace de ellos, perduran...
Rerum novarum
León XIII
BAC 1974
(Sinceramente lo que el Papa dice del socialismo no me sitisface. Sí me satisface que Pío XI diga que el ideal socialista se acerca más al mensaje cristiano que el capitalismo