¿Europa sí o no?
Lejos de toda utopía los poderes públicos de los países de la Unión Europea permanecen organizados según el patrón del Estado nacional y territorial. Eso explica el interés alemán por la deuda puesto que son sus bancos los beneficiados, y el interés francés por la agricultura.
De este modo nos quedamos en el mercado y nos desplazamos de la construcción política y social, que nos incapacita para crear una política unitaria sobre sobre el empobrecimiento estructural de los países subdesarrollados, sobre el paro y las desiguadades sociales en su interior, sobre el deterioro del medio ambiente, sobre la investigación biotécnica.
En su célula madre hay una expropiación de la ciudadanía y de la participación interesada en el desarrollo del Estado social, en el control del capitalismo salvaje socializado, en el respeto de los derechos humanos, en la defensa del asilo y del refugio, en la disposición a compartir el mundo con otros seres humanos. Todas estas energías utópicas las ha debilitado la crisis económica y financiera actual, en la que el Fondo Monetario Internacional está muy implicado. ¿Por qué se lo permite la UE?. No me lo explico.
Un organismo así origina extremismos y se sostiene sobre una especie de fascismo social, que sacrifica la democracia ante las exigencias del capitalismo financiero y promueve la segregación social de los excluidos. Hay, pues, que reinventar nuevas formas de democracias, sin descalificar la democracia electoral del voto, pero es necesario apostar por nuevas formas participativas e interculturales.
Aunque sea difícil organizar los movimientos sociales e interculturales, las minorías étnicas, las regiones y comunidades territoriales, las sociedades pluriculturales deben desempeñar un mayor papel en la organización de la democracia europea(J. García Roca, en Éxodo nº 112).
¿Será esta la nueva Europa que se proponen refundar la alemanana Angela Merkel y el francés François Hollande? Ambos aprovecharon la celebración del 50 aniversario de la reconciliación franco-alemana tras la II Guerra Mundial para reconocer que la relación de amistad París-Berlin es crucial para la UE. Esperamos que así sea.
Si Ortega y Gasset viviera posiblemente se arrepentería de aquella frase lapidaria que dió la vuelta al mundo: "España es el problema y Europa la solución". En el contexto en que nos movemos hoy no es así, sino todo lo contrario, porque el soñaba con una Europa conexionada y socializada muy alejada del mercantisimo en que está sumida. Y yo lo sigo atribuyendo al dichoso FMI. En esas fechas tal vez no existiera o no era conocido.
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