Al acecho del Reino

Camilo Torres
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Camilo Torres fue un precursor dramáticamente aislado en la frontera de la Iglesia con el mundo. 15 años atrás era difícil de entender, muy difícil de aceptar su comportamiento.

Después de Camilo ha corrido mucha agua entre los Andes y el mar, mucha sangre mártir y guerrillera,ha corrido mucho viento del Espíritu sobre la cardilacerada de América. Medellín ha sido después de Camilo.(¡Medellín,"la blanca" contradictoria Medellín!). Y después ha sido Chile, aunque truncado. Y Nicaragua victoriosa. Y ahora El Salvador de san Romero.

Hombre de contrastes violentos y violentadores, Camilo Torres sólo podía provocar entusiasmo o ira o prevención.
De extracción social burgüesa, sacerdote privilegiado por sus superiores, catedrático universitario formado en los emporios de la sabiduría extranjera, funcionario público, creativo y solicitado periodista, rodeado de masas ("tribuno")como gustaban decir en la retórica Colombia), Camilo traiciona abiertamente su clase, deja la sotana y se pasa con bagaje y...con armas al lado del pueblo de los suburbios y fábicas y las veredas campesinas, al lado de las fuerzas "ambiguas" de la revolución.

Muere en la montaña, como un excomulgado, bajo las balas del orden "legítimamente establecido".

La soledad _la célibe amada_ que le acompañó muchas veces, en vida, y sobre todo en los últimos meses de su aventra generosa, los sigue acompañando también ya muerto, en amplios sectores de la Iglesia y en los círculos mal-pensante y bienvivietes de la sociedad conservadora y liberal de Colombia y del mundo. En Brasil, Camilo Torres todavía hoy(hablamos en 1988) es un
ilustre desconocido,nombre apenas de la canción de Viglietti para los enemorados de la revolución...

El guerrillero Camilo Torres fue previamente un sociólogo y un pastor. Antes de enrolarse en laa guerrilla, estudió, oró, consultó, evaluó, probó mil recursos de opinión pública, de movilización, de organización popular, colaborando incluso en programas oficiales de educación, de cooperativismo y de reforma agraria.

La guerrilla y la muerte fueron el desenlace lógico de un caminar, con ilusiones y yerros posiblemente, pero heroicamente honesto...

Sociólogo colombiano y hombre de Iglesia, Camilo hizo un amplio y severo diagnóstico de la sociedad y de la Iglesia de Colombia. De la jerarquía, del clero colombiano, ajenos, según él, a las exigencias de la justicia social. (Lo cual le mereció amarga réplica, venganza póstuma, del más conceptuado clero de la Colombia catolicísima). De las "25 familias millonarias", la oligarquía colombiana, que ya se transformó en vértebra y novela del país, y que nunca podría perdonar la traición de clase de un Restrepo, hijo de la burguesía bogotona.

No soy especialista en sociología, dice P. Casaldáliga, menos aún en historia colombiana _historia que aprendí a conocer y amar, siendo aún niño_, pero considero indispensaables los estudios sociológicos de Camilo Torres para entender colombianamente esa época social _fin de carrera, si Dios y el pueblo ayudan_ de la historias oligárquica de ese paías hermano.

Del diagnóstico, seriamente fundado en estudios, en contactos con la realidad, en perseverancia trabajo de organización popular, surgió la decisión de Camilo. Había que romper, "abandonar nuestro sistema de vida burguesa", estar "con los pobres y como los pobres", "confiar en los valores del pueblo". Hacer la revolución. Porque "todo reformismo tibio será sobrepasado" y "solamente mediante la revolución se puede realizar el amor al prójimo"...

Su fe se tornó urgencia práctica. Su cristianismo se hizo tarea histórica. Como cristiano, era un humanista integral, sin dicotomías, un humanista de la persona y de la sociedad. El Honbre se hizo en él pasión, la pasión de su vida. Como entendía que había sucedido en la vida del propio Cristo Jesús "sin el hombre, Cristo sería un redentor inútil". Camilo quería, quiso "realizar en toda su extensión las aplicaciones psicológicas, sociológicas e históricas de la encarnación de Dios con todas sus consecuencias".
Ver: P. Casaldáliga, Al acecho del Reinoç
Ed Nueva Utopía 1988
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