2.Alternativas al modelo económico actual (Cont.,viene del día 24)
Papa Juan XXIII
strong> 3.El marco de referencias
Por lo que respecta al ethos cristiano, el marco que condiciona la comprensión y la praxis de la economía puede ser concretado como sigue:
3.1. "El hombre/mujer es el autor, el centro
y el fin de toda actividad econónica"(GS 63)
Esta es la referencia más decisiva del ethos cristiano en relación con la economía. El valor del hombre/mujer constituye el origen y el objetivo de todo compromiso social del cristiano. El Papa Juan XXIII lo ha subrayado
de una manera expresa:
El principio capital, sin duda alguna, de esta doctrina,
afirma que el hombre y la mujer son fundamento, causa y
fin de todas las actividades sociales: el hombre,
en cuanto es sociable por naturaleza y ha sido eleva-
do a un orden sobrenatural.
De este trascendental principio, que afirma y defiende
la sagrada dignidad de la persona, la Iglesia, con la
colaboración de sacerdotes y seglares competentes, ha
deducido en el último siglo(XX) una luminosa doctrina
social para ordenar las mutuas relaciones humanas de a-
cuerdo con los criterios generales, que responden tanto
a las exigencias de la naturaleza y de las distintas
condiciones de la convivencia humana como al caráctar
específico de la época actual, criterios que precisamen-
te por esto pueden ser aceptados por todos(MM 219-220).
El valor de la persona como horizonte referencial de la realidad económica ha sido expresado múltiples veces por el magisterio social de la Iglesia y constituye uno de los puntos más claros de la visión ética cristiana en relación con la economía(Pío XI, QA 17; Pablo VI PP, 34; GS, 64).
Juan Pable II ha insistido en repetidas ocasiones en esto:
"Por mi parte, en estos cuatro años de pontificado no he dejado de proclamar, en mis encíclicas y catequesis, la centralidad del hombre, su primado sobre las cosas y la importancia de la dimensión subjetiva del trabajo, fundada sobre la dignidad de la persona humana. En efecto, el hombre es, en cuanto persona, el centro de la creación; porque él solo ha sido creado a imagen y semejanaza de Dios. Llamado a "dominar" la tierra(Gen 1, 28)con la perspicacia de su inteligencia y con la actividad de sus manos, él se convierte en el artífice del trabajo, tanto manual como intelectual, comunicando a su quehacer la misma dignidad que él tiene".
3.2. La "creación" y la "redención" como marco
comprensivo de los bienes económicos.
Los bienes económicos aunque estén tan tecnificados y racionalizados como los de nuestra época, no dejan de ser dones de Dios; manifiestan la bondad fundamental de todo lo que existe y como signo de la bondad que lleva toda actividad humana; pero, al mismo tiempo, requieren ser redimidos de la ambigüedad que tiene toda realidad y de la maldad que puede introducir el hombre en su actuación.
Esta dosis de optimismo/pesimismo en la comprensión de la realidad económica matiza en igual sentido el ethos cristiano ante la economía. Evitando toda orientación maniquea, tampoco permite caer en la ingenua creencia de una "ley natural"que, como "mano invisible", como creia Adam Smth, conduce la actividad económica de los hombres hacia cotas cada vez más perfectas.
El "liberalismo de ayer" y la "tecnología de hoy" se inclinan excesivamente hacia el polo optimista, mientras que los movimientos de "profetismo" y de "contestación" caen con frecuencia en el peligro del maquinismo pesimista. Una comprensión dialéctica de la economía (sintesis de "creación" y de "caída" en la categoria de la "redención")dará lugar a planteamientos éticos de carácter dialéctico y no simplificador...
Ver: Marciano Vidal, ¿Podemos bautizar el capitalismo?,Ed San Pablo 1994