La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
Antonio Machado
Capítulo VI
Teología desde la carne
La Palabra o Sabiduría de Dios se hizo hombre. "El Verbo se hizo carne". Este hombre es Jesús de Nazaret, que es en carne y hueso, la Palabra de vida. La vida eterna estaba con el Padre y se nos manifestó.
En esta doble manifestación, (tomada de los Prólogos al Evangelio y a la primera carta de San Juan), está expresado el núcleo o nudo de la fe cristiana. Jesús venido del Padre, y Jesús en quien el Padre se manifiesta. Jesús Dios-Hombre y Jesús Hombre-Dios (Como quiera que esto se entienda, que no podemos de presumir de saberlo).
Para acercarse a este misteio, la reflexión de fe puede seguir dos caminos: uno ascendente, que empieza en el hombre Jesús, para descubrir o vislumbrar en él el misterio de la Sabiduría de Dios; otro descendente, que pretende comenzar por el despliegue eterno de la vida de Dios, para bajar de allí a la realidad tangible del hombre Jesús, quien (como dice un himno recogido en la carta paulina a los Filipenses 2, 6-11) se despojó del rango correspondiente a su condición divina, y se presentó como simple hombre, haciéndose uno de tantos.
Las dos teologías son posibles y las dos están representadas en el Nuevo Testamento.
La más primitiva, la que se contiene en el anuncio (Kerigma)origiario de Pedro y sus compañeros, es la teología ascendente. Se empieza por el hombre Jesús, el galileo que fue condenado a muerte y ejecutado bajo Poncio Pilato, y se va profundizando en el misterio sobrehumano que se revela en él.
En cambio, a través de los siglos, en la Iglesia ha ido predominando la teología descendente. Se nombra nucho al Jesús celeste y muy poco a Jesús( el hombre histórico de carne y hueso). No se trata de condenar o rechazar la teología descendente. Pero sí de reivindicar muy enérgicamente la ascendente.
No se puede negar que el Cristo de la teología descendente es fácilmente manipulable, para poder convertir al cristianismo en la religión de los caballeros y del orden establecido de una sociedad señorial. En cambio, es la teología ascendente, el punto de partida, la realidad de un Jesús de los pobres, que muere a manos de los poderosos, es un dato que no se deja distorsionar.
Ademáas el Cristo celeste de la teología descendente está demasiado lejos de los hombres. Al relegar a Jesús de carne a segundo plano se crea un vacío de realidad respecto a los que tenemos que vivir en la historia. Ese vacío tiende a ser colmado por la Iglesia, que por esta vía se absolutiza y, consiguientemente, también se mundaniza. "El peligro más agudo surgió siempre que la Iglesia se puso de tal manera en primer plano, que la imagen de Cristo palideció en ella, llegando a convertirse en la imagen del fundador y héroe cultual, en un icono eclesial junto al cual pueden encontrar puesto también otros iconos"(Ernesto Kässemann).
Ver:JM. Díez-Alegria, Rebajas teológicas de Otoño
Desclée de Brouwer 1989
Ver también mi libro:
Los interesados me pueden llamar al tf. 91 534 27 65. o escribir a: fmargalloba@hotmail.com
También lo pueden pedir por internet en este enlace: http://www.bubok.es/libros/215021/Teologia-de-JOrtega-y-Gasset-Evolucion-del-Cristianismo