La cigüeña sobre el campanario

Capítulo XII
El secuestro de María Santísima

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La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
Antonio Machado

Lo que sabemos históricamente de María es que fue una sencilla mujer de pueblo, de un rincón de la periferia Galilea. Y que fue madre de Jesús.

Las narraciones contenidas en los dos primeros capítulos de Mateo y Lucas no son históricas. Son una construcción teológica, que sirve de prólogo a los respectivos Evangelios.

El relato de la concepción virginal de Jesús tiene, con toda probabilidad, un significado cristológico, no mariológico. Nos quiere indicar que con Jesús se les da a la humanidad un hijo que supera las intrínsecas posibilidades de lo humano. Jesús nace de Dios.

Si se quiere entender la narración también (secundariamente), en sentido mariológico, la virginidad de María significa ante todo la entrega plena y sin desfallecimiento al Señor. Esto responde al lenguaje bíblico. En el Apocalipsis, para expresar la fidelidad perfecta de los que siguen a Jeucristo sin claudicaciones, se dice de ellos que son vírgines:"y en su boca no se encontró mentira" (Apoc., 14, 1-5).

Los cristianos, sobre todo los católicos y los greco-ortodoxos, tenemos la convicción vivísima, radicada en la fe, de que María fue la incomparablemente escogida, la "llena de gracia"(Lucas, 1, 28), la "bendita entre las mujeres" (Lucas I, 42).

La carta a los Efesios (I, 18) habla de los ojos del corazón iluminados por Dios. Con esos ojos miramos nosotors a María. Y la vemos como la más próxima a Jesús. La sentimos madre nuestra. Con toda el alma.

María es para nosotros, inseparablemente, una pobre mujer galilea de carne y hueso y la "llena de gracia". Esta sorprendente "unidad" es la llave que no puede abrir la puerta para comprender lo que es ella como "signo" de Dios.

Jesús, en su respuesta a los enviados de Juan Bautista, da esta señal, como prueba de que el Reino de Dios está ya en acción: "se anuncia a los pobres la Buena Noticia" (Mateo, 11, 5; Lucas, 7,22).
Pues María de Nazaret es en sí misma la personificación de esa Buena Noticia para los pobres.

La escogida entre todas es tan del pueblo(una de tantas), que la gente se escandaliza de que su hijo pueda ser Rprofeta. Marcos da cuenta de la visita de Jesús a Nazaret. "Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, decía:

¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No están sus hermanas aquí entre nosotros?_. Y se escanadalizaban a causa de él. Jesús les dijo:

Un profeta sólo en un su patria, entre sus parientes y en su casa, carece de prestigio" (Marcos, 6, 2-4).

Ver:JM. Diez Alegría, Rebajas teológicas de otoño
Ed Desclée de Brouwer 1980
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