Recientemente el cardenal primado de Inglaterra y Gales anunciaba que el capitalismo había fallecido en 2008, como murió el comunismo en 1989 con la caída del muro de Berlín. La crisis económica actual en todo el mundo era su prueba fehaciente. Muchos nos alegramos al ver que altos cargos de la jerarquía se decantaba contra un sistema económico tan nefasto.

Pero hemos comprobado que los analistas de la economía se muestran excépticos a su desaparición. La crisis actual la consideran una más de las muchasque ha producido. J. Miguel Rodriguez, profesor de la Universidad de Valladolid, es uno de los que no creen en la desaparición rápida y segura del paciente hoy en la unidad de cuidados intensivos, porque una crisis semejante la sufrió en 1929 y salió adelante.

Su tesis la basa en que las fuerzas políticas y socio-económicas, lo mismo que los movimientos culturales vigentes no permiten esperar un cambio radical del sistema. Mientras las dudas se despejan, la prioridad ha de ser que la acción política y las decisiones de todos los protagonistas económicos estén al servicio de la gente que lo pasa mal en el mundo, que es mucha.

Una Nota del Consejo Pontificio Justicia y Paz titulada "Un nuevo pacto para refundar el sistema financuero internacional", ofrece una lista de medidas a emprender: de inmediato, apoyo a la economía real, las empresas y las familias, con políticas de gasto público y fiscales basadas en la solidaridad de los que más tienen.

Más a medio plazo parece necesario llegar a acuerdos internacionales sobre una regulación mínima para los paraísos fiscales _algunas de las entidades financieras protagonistas de la crisis tienen su domicilio oficial en ellos_; construir otro sistema de gobernanza mundial (Fondo Monetario Inernacional, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio, Tratado de la Unión Europea...), a la vez que impulsar definitivamente la cooperación al desarrollo...

Y afrontar el desafío de la hegemonía cultural, con la esperanza de superar el estadio del homo economicus y alcanzar los sueños del homo sapiens, una especie más evolucionada que todavía no habita el territorio de la ciencia económica.

(Ver J. Miguel Rodriguz. Anatomía de la crisis: de la religión neoliberal a la salvación socialista, en Exodo, Madrid diciembre de 2008).

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¿Tendrá capacidad Obama para tomar decisiones suficientemente autónomas, con una visión diferente de lo que viene siendo desde hace años la concepción mundial por parte de Estados Unidos e incorporando el juego de la multilateralidad y el consenso en las relaciones internacionales?
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Llegado el desastre, una vez más
el socialismo salvará al capita-
lismo ¿Será ese su sino?
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