8 de Marzo. Trabajo o religión. La libertad de la mujer

Hoy se celebra el día de la Mujer trabajadora y es bueno que se siga haciendo. En los días anteriores, con motivo de un Congreso en Cuenca, he venido hablando de la religión y la libertad de la mujer, en perspectiva musulmana. Así supongo que también la religión, con el trabajo, puede liberar a la mujer. Pero quiero recordar igualmente otros motivos de liberación de la mujer, especialmene el conocimiento, el amor, la independencia personal y otras formas de realizaciòn afectiva (maternidad, familia o solteria...)… Quiero que las mujeres sean ellas mismas, para que así podamos ser todos lo que somos. Brindo por las mujeres y por los hombres, brindo por el conocimiento y el amor, por la libertad y el buen trabajo, ofreciendo hoy tres textos que pueden ayudarnos a plantear mejor el tema de este día.

Escojo tres temas. El primero me lo han enviado unas organizaciones feministas andaluzas a las que quiero vincularme este día. Gracias, Lourdes, por tu aportación. El segundo y el tercero son de dos mujeres musulmanas, que van a participar en el Congreso de Cuenca, del que he venido hablando (Congreso que se celebrará los días 15/17 de ese meses). Ellas parecen tenerlo más difícil, pues se dice que el Islam ha sido contrario a la liberación de la mujer. Ayer traté con extensión del tema en ese blog. Hoy les dejo a ellas que hablen.

LOURDES PASTOR MARTÍNEZ
8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES



El día Internacional de las Mujeres no radica en un acontecimiento aislado sino que hay que encuadrarlo en un contexto ideológico amplio.

Hasta hace muy poco tiempo, la conmemoración del 8 de Marzo se ha vinculado al incendio ocurrido el citado día del año 1908 en una fábrica textil de Nueva York, provocado por el propio empresario ante las obreras declaradas en huelga y encerradas en la fábrica, sin embargo, según la investigación llevada a cabo por Ana Isabel Álvarez, doctoranda del programa “Estudios de la Mujer” de la Universidad de Oviedo, realizó durante 1997-1999 una investigación sobre el origen del 8 de marzo consultando fuentes de primera mano en la Universidad de Harvard, defendiendo su investigación en junio de 1999.

El incendio que efectivamente se produjo en la fábrica estadounidense “Triangle Shirtwaist Company”, es un suceso de gran trascendencia en la historia contemporánea de EE.UU, pero no por dar origen al Día Internacional de las Mujeres, sino por ocasionar la muerte de las obreras que el año anterior, en 1910 habían protagonizado la primera huelga llevada a cabo exclusivamente por mujeres en demanda de mejoras en su situación laboral.

La decisión de convertir esta celebración en una festividad internacional corrió a cargo de Clara Zetkin, lídera del movimiento alemán de mujeres socialistas. Pero la propuesta presentada por Clara Zetkin en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en agosto de 1910, para organizar la conmemoración de un Día Internacional de las Mujeres no era del todo original.
Se inspiró en el Women´s Day que las socialistas estadounidenses llevaban significando desde 1908, cuya finalidad era la reivindicación del derecho al voto para las mujeres.

Así el Día Internacional de las Mujeres según Ana Isabel Álvarez, tiene sus orígenes indiscutiblemente en el movimiento internacional de mujeres socialistas de finales del siglo XIX, tenía como finalidad exclusiva promover la lucha por el derecho al voto de las mujeres, sin ningún tipo de restricción basada en el nivel de riqueza, propiedades o educación.

La primera celebración del Día Internacional de las Mujeres se produjo el 19 de marzo de 1911, y fue seguida en Austria, Alemania, Dinamarca y Suecia. En los primeros años, el Día Internacional de las Mujeres se festejaba en fechas diferentes según los países. Pero en 1914, a propuesta de las alemanas, el Día Internacional de la Mujer se conmemoró por primera vez el 8 de Marzo en Alemania, Suecia y Rusia.

De manera que intencionadamente se ocultó el verdadero sentido del 8 de Marzo, que era la consecución del voto para todas las Mujeres, reduciéndolo al día de las Mujeres Trabajadoras. Las Mujeres somos todas trabajadoras, porque como hemos señalado en innumerables ocasiones hacemos la asistencia social de los Estados de forma gratuita y obligatoria. Seguimos siendo las cuidadoras de las personas con las que convivimos, sólo hay que acercarse a la puerta de un colegio a las 9 de la mañana para corroborar que somos las mujeres en una inmensa mayoría las que nos ocupamos de la educación de nuestras hijas e hijos, no sólo acompañándolas a las escuelas sino, hablando con el profesorado…. Etc. Además nos ocupamos de llevar a cabo tareas humanas, que aunque no estén valoradas socialmente, son fundamentales para la supervivencia como son la alimentación, la higiene y el afecto.
Este día 8 de Marzo, debería comenzar a llamarse “Día Internacional de las Mujeres” y no “de la Mujer”, porque las mujeres somos diversas, no se nos puede encasillar en un modelo que nos represente a todas.

Actualmente, las discriminaciones hacia las mujeres cambian dependiendo del contexto geopolítico, así en este país, luchamos por la erradicación de un lenguaje sexista que oculta a más de la mitad de la población mundial y carga de connotaciones negativas a una inmensidad de términos vinculados con nosotras las mujeres. Luchamos por la eliminación de la desigualdad salarial entre mujeres y hombres, ya que seguimos percibiendo menos dinero al mismo puesto de trabajo, desempeñando la mayoría de empleos en economía sumergida, teniendo la mayoría de contratos en precario y a tiempo parcial…., luchamos por la paridad real en todas las esferas de poder: político, económico, administrativo, educativo….

En países como Irán, detienen a las mujeres por manifestarse reivindicando sus derechos, en Arabia Saudí, las mujeres no tienen aún derecho al voto, siguen existiendo las mutilaciones genéticas, la no asistencia médica a las mujeres, la prohibición de que las mujeres estudien, el tráfico de mujeres y niñas y un largo etcétera que tambalea de raíz los derechos humanos que se llevan a cabo en este siglo XXI.

Por todo esto, consideramos que las mujeres que vivimos en occidente tenemos la responsabilidad de poner de manifiesto nuestras reivindicaciones y también las de las mujeres que aún no disponen ni tan siquiera de libertad de expresión, tal como pasaba en este país no hace tantos años, y exigir que sean primordiales en las agendas políticas de los distintos gobiernos las reivindicaciones que desde las organizaciones feministas venimos reclamando para equiparar de una vez por todas los derechos de las mujeres a los de los hombres, ya que obviando esto, se ignora al 52% de la población por lo que las llamadas “DEMOCRACIAS”, existen como instrumento al servicio del patriarcado.
COLECTIVO DE JÓVENAS FEMINISTAS
PLATAF. ANDAL. DE APOYO AL LOBBY
EUROP. DE MUJERES.

Asma Lamrabet Una feminista musulmana
Traducido por Ndeye Andújar
(http://www.wmaker.net/profesislam/docs
/genero/asma_una_feminista.htm)

Enre un islam rigorista que hace inferiores a las mujeres y un modelo de emancipación al estilo occidental que se aparta de la religión, empieza a emerger una tercera vía. Autora de dos obras que proponen una lectura feminista de los textos musulmanes, la médico marroquí Asma Lamrabet encarna este nuevo movimiento que intenta reconciliar islam y derechos de las mujeres. Recientemente de paso en Montreal, fue invitada por el grupo Présence musulmane.
Hematóloga en el hospital para niños de Rabat, en Marruecos, Asma Lamrabet se define al mismo tiempo como "feminista" y "born again muslim", precisando sobre la broma que este término no la relaciona ideológicamente de ninguna forma a George Bush.
Cuando era joven, Asma Lamrabet era "bastante rebelde" respecto a un islam "escleroso en el que se permitía la opresión de las mujeres en nombre de la religión". No era practicante y se alineaba junto a la lucha feminista occidental que se apartaba de la religión.
Quince años después lleva el velo y explica que el modelo laico de emancipación de las mujeres ha sido un fracaso en los países musulmanes, en el que se percibe como otra manifestación del colonialismo. "Nos guste o no, el islam es ineludible en nuestras sociedades".
¿Qué fue lo que pasó entonces mientras tanto? Volvió "a las fuentes", a leer el Corán, los textos sobre la vida del profeta Muhammad y los numerosos documentos de exégesis. "Había un gran desfase entre lo que decía el Corán, los textos de las Escrituras y las interpretaciones completamente machistas y misóginas que habían hecho algunos sabios musulmanes. En el mensaje espiritual del Corán, no hay nada, absolutamente nada que permita esa opresión de la mujer", explica la "contestataria del interior" como la llaman a veces.
Para apoyar su tesis, la feminista musulmana señala que el versículo del Corán que habla de la participación política y social interpela explícitamente a las mujeres. "Sin embargo, en nombre del islam, se les ha prohibido votar durante siglos, participar políticamente. Kuwait acaba de aprobar el derecho al voto de las mujeres, y son los islamistas los que votan en contra. Es aberrante", se subleva la autora de los ensayos Aïsha, épouse du prophète ou l'islam au féminin y Musulmane tout simplement.

La mujer tentadora

La mayoría de los textos de análisis del Corán han tomado prestado de la Biblia cristiana el mito fundador de la inferioridad de la mujer. "En todas las obras islámicas de hermenéutica, se dice que Eva fue formada a partir de la costilla de Adam y que es, pues, inferior, subordinada. Es incomprensible, cuando en realidad no encontramos esto en el Corán. Esa Eva tentadora tampoco existe en el Corán", prosigue Asma Lamrabet. El concepto de mujer tentadora, cuyo cuerpo es fuente de pecado, es transmitido ampliamente por muchos musulmanes para justificar el velo.
A través de esa "jurisprudencia asediada", la introducción del concepto de obediencia es probablemente el más perjudicial para las sociedades musulmanas. "El tema de la obediencia al marido, junto al de la obediencia al poder político, ha sido impuesto como base del islam [unas décadas después de la muerte del profeta]", afirma Asma Lamrabet. Una vez más, el Corán no habla en absoluto de la odediencia de la mujer, sino más bien de "consulta" entre los esposos.
Profundamente enraizada en la cultura musulmana, esta noción de obediencia obstaculiza el trabajo de reflexión. "Criticar los textos es tabú. Aún peor, es ilícito. También está prohibido criticar las interpretaciones", se lamenta Asma Lamrabet.
Las mujeres son las primeras "resistentes" a esta relectura feminista de los textos religiosos. "Nos encontramos a médicos, profesoras, que, una vez que se han reconciliado con la religión, han tomado todo ese aspecto del pensamiento religioso [que oprime a las mujeres] como parte integrante del mensaje espiritual", se lamenta.
La reforma de terciopelo
Esta ""tercera vía" a la que apela la autora feminista y que ha empezado a emerger desde hace aproximadamente una década, ha tomado un verdadero protagonismo desde hace tres o cuatro años. Esto se debe a unos "grupos de relectura" de los textos islámicos en diferentes países, y algunos jóvenes teólogos empiezan a interesarse por este discurso. Pero todavía falta mucho camino por recorrer. "El movimiento es aún muy minoritario", reconoce Asma Lamrabet.
Las instituciones musulmanas aún están ampliamente dominadas por la corriente más ortodoxa. "Las universidades islámicas, son una masacre. Se debería reformar toda la educación islámica", apunta. Aunque, señala, ya hay voces que empiezan a alzarse para modernizar esta enseñanza.
Asma Lamrabet es crítica con las instituciones islámicas, del "discurso literalista afligente", sin embargo no desea enfrentarse de lleno, sino que preconiza una reforma progresiva.
No se trata para nada de hacer, por ejemplo, como la musulmana americana Amina Wadud que el año decidió pasado convertirse en imam y dirigir una plegaria mixta. "Lo ha estropeado todo con esto. No tiene ninguna credibilidad en el mundo arabo-musulmán. Mientras que queremos guardar esa credibilidad".

El estatuto jurídico

Poco apegada a los símbolos, Asma Lamrabet piensa que es mucho más urgente combatir el problema del estatuto jurídico de la mujer musulmana. "Es menor de por vida. Está bajo tutela e incluso cuando [su inferioridad] ya no está en las leyes, está en las mentalidades de las mujeres, apoyada por la interpretación de la religión".
La empresa es ardua en tierras de islam. "Occidente nos ha colonizado bajo una misión civilizadora. La mujer musulmana, es el último bastión, la última defensa de una identidad dañada", constata Asma Lamrabet. Los intentos de emancipación de las mujeres son vistos amenudo como otra manifestación del colonialismo contra una "civilización dañada".
Eso explica, según la autora, la necesidad de que las reformas vengan "del interior". ¿Será suficiente el enfoque "de terciopelo" para oponerse a la fuerza de la corriente tradicionalista? Asma Lamrabet abriga muchas esperanzas.
Por lo menos está convencida de que una "tercera vía" apoyándose en las referencias culturales musulmanas tiene más posibilidades de mejorar concretamente el destino de las mujeres, en los países musulmanes, que el feminismo radical que condena el islam como una religión opresora en sí.
Hasta que el árbol dé sus frutos, Asma Lamrabet espera que el feminismo islámico pueda obtener un lugar bajo el gran paraguas del feminismo universal.

Yaratullah Monturiol,
La mujer en el Islam (http://www.webislam.com
/numeros/2000/00_9/Art%C3%ADculos%2000_9/
Islam_universal.htm)

Según los estereotipos la mujer musulmana es el prototipo de marginación en una sociedad dominada por el hombre, que se esconde bajo el velo y que vive una existencia en la que carece de protagonismo. Esta visión ha hecho que se convierta en un negocio rentable: las librerías de todo el mundo cuentan con un magnífico surtido de libros que traducen el grito desesperado de mujeres destrozadas que piden socorro. Y son libros con el éxito garantizado. Un ejemplo: hace un par de años aproximadamente en Barcelona se llevaron a cabo unas jornadas con el título “Mujeres y fundamentalismos”, en la que participaron mujeres de diversas procedencias y religiones. A la salida uno podía deleitarse con una exposición de libros sobre Islam: “no sin mi hija”, “no sin mi hija, 2”, “La sultana” etc... Es incomprensible que en los tiempos que estamos, que hay posibilidad de encontrar literatura islámica y fidedigna, suceda esto. Creemos que es poco serio y bastante malintencionado.

El discurso sobre la mujer musulmana está plagado de tópicos, que al convertirse en usuales, parecen prácticamente irrefutables. Para descubrir cuando se trata de una propaganda anti-islámica, que se filtra en los medios a menudo, necesitamos una educación especial, un estudio y una reflexión para estar seguros de nuestra capacidad para distinguir “el grano de la paja”.
La comunidad musulmana de nuestro país tiene objetivos de extraordinaria envergadura histórica. En primer lugar, la normalización social, que debe culminar en el pleno reconocimiento de los derechos públicos, y también en la fructífera convivencia con otras experiencias religiosas. En segundo lugar, los musulmanes y musulmanas que hemos abrazado Islam, debemos trabajar por una depuración de los contenidos básicos del Islam, tergiversados históricamente, tanto por las aproximaciones de los orientalistas que se han hecho desde occidente como por la instrumentalización política que realizan en algunos países, que exportan un Islam manipulado desde su raíz.

El Islam otorgó hace ya 14 siglos unos derechos fundamentales a la mujer. A pesar de esto, aún está lejos de poder ejercer su derecho, y a desarrollar el papel social y universal que le corresponde. Esta discriminación que se lleva a cabo tanto en la sociedad occidental como propiamente la musulmana, es una realidad innegable y nosotras expresamos nuestra condena y rechazo hacia estas actitudes discriminatorias.
La verdadera educación islámica no es represora de la liberación femenina como algunos se empeñan en transmitir. El Corán dice: “Verdaderamente, vosotros tenéis derecho sobre vuestras mujeres y ellas tienen derecho sobre vosotros”.
El filósofo Ibn Rush se definió en esta misma línea en torno al estatus jurídico de la mujer en el Islam, y sus puntos de vista lo demuestran como un pensador progresista y defensor de los derechos de la mujer.
Desgraciadamente, hemos de reconocer que hay una jerarquía de hombres “autorizados” que determinan la manera de entender el significado del Corán, aunque en el Islam nunca deberían existir instituciones “papales”. Sin embargo, el verdadero mensaje del Corán se dirige a la humanidad para equilibrar el estatus de las mujeres y el reconocimiento de su dignidad respecto al hombre.
En este sentido, el surat 33, que en su ayat 35 proclama 10 veces la igualdad espiritual del hombre y de la mujer: “Al•lâh tiene preparado el perdón y una magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas, los sinceros y las sinceras, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que y las que dan limosna, los y las que ayunan, los castos y las castas y los y las que recuerdan a Al•lâh”.

Las mujeres musulmanas podemos sentirnos orgullosas de tener como código supremo el Corán, donde se establece claramente su igualdad respecto al hombre, dictada por Al•lâh I, y de tener un profeta defensor de los derechos de la mujer, de su igualdad y su dignidad.
A nosotras mismas como musulmanas nos toca luchar para que se implante en nuestra Umma la práctica de Muhammad r con las mujeres, evitando que las costumbres de la época de la yahiliya / ignorancia (época pre-islámica), donde el machismo imperaba, se mezclen y se impongan por encima del mensaje de igualdad.
Hay numerosos ejemplos de mujeres destacadas en el Islam a lo largo de la historia. La primera, Jadiya, esposa del Profeta Muhammad r. Fue la primera persona en aceptar el Islam y su más fiel colaboradora. Hay que destacar que era una empresaria que tenía hombres trabajando a su cargo. Recordemos que estamos hablando de 14 siglos atrás.
Aisha, esposa del Profeta r fue una de las grandes transmisoras del hadiz, y daba clases tanto a hombres como a mujeres. Incluso se atrevió a llevar la contraria al conocido narrador de tradiciones proféticas Abu Hurairah, cuando se equivocaba en sus citas.
Hafsa era una jurisprudente que también daba clases a los hombres.
Rabi ‘ah al-Adawiyyah fue una de las primeras místicas del Islam. La austeridad y simplicidad marcaron su vida. Escribió bellísimos poemas, los cuales han sido traducidos por Massignon. Muchos hombres célebres y grandes sufis no se sintieron en absoluto avergonzados de consultarle.
La maestra, escritora, poetisa y conferenciante Malak Hifni Nasif, conocida con el pseudónimo de Bahitat al Badiya desarrolló su personalidad obteniendo el año 1900 el primer certificado de estudios que se dio a una mujer en Egipto; después se licenció en Magisterio y trabajó como profesora. Ella no se limitaba a dar lecciones, sino que iba de casa en casa para explicar a los padres la importancia de la enseñanza para conseguir que dejaran ir a sus hijas a la escuela. Su línea de trabajo consistía en conseguir, sin desviarse del respeto al Derecho musulmán, que se parasen los abusos cometidos contra la mujer en nombre de la religión y la tradición.

El Corán dice:
“Al•lâh los apuró diciendo: No desmereceré nunca la obra de cualquiera de vosotros sea hombre o mujer, porque descendéis los unos de los otros”.
Hadiz:
“El Profeta r dijo: El mejor de vosotros es el que trata mejor a su mujer”.
Hadiz:
“La justicia es la mitad de la fe”.
Y por último una cita de Ibn Rush:
“Nuestro estado social no permite a las mujeres la posibilidad de valorar su capacidad. Parecen destinadas únicamente a dar vida a los niños y a amamantarlos. Este estado de servidumbre ha minimizado en ellas la facultad para las grandes realizaciones. Y por esto no se ven entre nosotros mujeres dotadas para las virtudes morales. Su vida se desenvuelve como la de las plantas.
Mientras que les falte formación, no contribuyen de ninguna manera en las actividades necesarias, entonces conviene que a la hora de escogerlas busquemos las mismas condiciones naturales que consideremos en los hombres, para esto, deben estar educadas de la misma manera”.
http://www.webislam.com/numeros/2000/00_9/Art%C3%ADculos%2000_9/Islam_universal.htm

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