Nuevo Papa: Un hispano, capaz de dialogar con el Islam (A. Aya)
A. Aya es el máximo exponente intelectual del Islam español, especialista en poesía y filosofía japonesa, y uno de los blogger clásicos de RD (http://blogs.periodistadigital.com/elalmadelhaiku.php).
Por su origen y por su realidad actual, conoce bien los entresijos de la Iglesia Romana. Le he pedido una opinión sobre el próximo Papa y me he dicho que debería ser de cultura hispana y capaz de dialogar con el Islam, pues el catolicismo es hoy mayoritariamente hispano y el Islam es el mayor problema y tarea de la Iglesia.
Debería ser buen conocedor y amigo del Islam... Para bien del Islam y de la Iglesia Católica, para bien de la humanidad. Todo lo que sigue es tuyo,gracias Mumím.
¿El nuevo papa?
1) La Iglesia necesita un Papa que hable castellano de lengua materna, porque la mayoría de los cristianos viven en Iberoamérica y ésta está siendo devorada a una velocidad de vértigo por el Evangelismo y la Nueva Era. Si tenemos en cuenta que los prejuicios de los cardenales italianos siempre se inclinarán antes por un Papa europeo que por un Papa hispanoamericano, un español sería la mejor opción. Los votos de los italianos y los iberoamericanos podrían aunarse en un Papa español.
2) El principal problema que tiene la Iglesia (o que cree que tiene) es con el Islam: la persecución de cristianos en tierras islámicas y el avance del Islam en zonas que antes eran cristianas. Las grandes torpezas de Ratzinger vinieron por su incapacidad de entender al mundo islámico, porque Ratzinger es muy alemán. El próximo Papa tiene que hablar árabe perfectamente, y tener experiencia de haber vivido en el mundo islámico para fingir un entendimiento con él. Si el nuevo Papa viniera de Andalucía, además, podría darse un mazazo a toda esa Umma que sueña con recuperar al-Andalus.
3) Tiene que ser mediocre y manipulable. De lo contrario, tendrían mucho que temer los del Opus que manejan el Vaticano; la idea es un Papa que no quiera cambiar nada aunque parezca que está cambiandolo todo. El mismo Papa Ratzinger, que ha sido tan vanidoso de no soportar morir para ver cómo va a quedar él en la Historia, no va a tolerar un nuevo Papa-teólogo. Para que la teología de Ratzinger se consolide es necesario que el nuevo Papa sea incapaz de hacer una teología mínimamente profunda.
4) Como algo más anecdótico, pero que hay que tener en cuenta, no debería ser un hombre mayor, para que no le sean ajenos los medios informáticos modernos y los medios de masas con que arrastrar a los jóvenes...
CONCLUSIÓN:
• El mejor candidato sería Monseñor Amigo, psicólogo, ha sido arzobispo de Tanger, y es desde hace muchos años arzobispo de Sevilla, fue nombrado por Ratzinger hace dos años Legado Pontificio en Iberoamérica, es relativamente joven, mediocre a nivel teológico y por tanto no va a quitar una coma a lo dicho por Ratzinger. Un franciscano de 74 años sería bien acogido por la opinión público. La orden franciscana siempre ha tenido la mejor reputación ecológica de cara a la gente. El carisma ya se lo fabricaremos luego.

• Más brillante que Monseñor Amigo, pero también mayor de edad (y por ambas razones con menos posibilidades que Monseñor Amigo), está el menos conocido de los cardenales españoles, D. Santos Abril y Castelló, que fue obispo de Tamada (Argelia), diplomático de confianza del Vaticano desde hace dos décadas, actual Vice-Camarlengo, conoce bien los entresijos de la corte papal. Si Monseñor Amigo fuera elegido Papa sin duda haría de él su hombre de confianza.
Sólo si, desgraciadamente, las cartas que quiera jugar la Iglesia en las circunstancias actuales se inclinasen a una guerra abierta con el Islam, se olvidarían una vez más de Iberoamérica y elegirían Papa al cardenal Zubeir Wako, de Jartum (Sudán).
Tras la inocente imagen de una iglesia liberada por fin etnocentrismo, capaz de elegir a un Papa negro, se estaría en realidad encarnando en el Sumo Pontífice el sufrimiento del cristianismo a manos del Islam.
Victimizándose a sí mismo frente al Islam el Cristianismo trataría de abanderar las fuerzas de la islamofobia europea, norteamericana y sionista.