Iqualit, junto al Polo, acoge la última etapa del 'peregrinaje penitencial' de Francisco "Ustedes están hechos para brillar juntos": el Papa se despide de Canadá y ya está de regreso en Roma

Francisco, de Iqualit a Roma
Francisco, de Iqualit a Roma

"También hoy, también aquí, quisiera decirles que estoy muy apenado y quiero pedir perdón por el mal que cometieron no pocos católicos que en esas escuelas contribuyeron a políticas de asimilación cultural y desvinculación"

"Tú eres la respuesta. Tú, hermano, tú, hermana. No sólo porque si te rindes ya has perdido de antemano, sino porque el futuro está en tus manos"

Amigos, caminen hacia lo alto, vayan cada día hacia la luz, hagan equipo. Y hagan todo esto en vuestra cultura, en el hermosísimo lenguaje Inuktitut"

"Jesús desde la cruz no te señala con el dedo, sino que te abraza y te anima, porque cree en ti aun cuando tú mismo has dejado de creer en ti"

"Para crear un mundo bueno, dice la Biblia, Dios comenzó justamente así, separando la luz de las tinieblas. También nosotros, si queremos ser mejores, tenemos que aprender a distinguir la luz de las tinieblas"

En Iqualit (lugar de los peces) es verano. Polar ártico, pero verano. El sol ya se ha puesto hace algunas horas cuando Francisco se encuentra con los jóvenes y ancianos inuit en la plaza de la Escuela de Iqualit. Es la primera vez que un Papa llega tan al Norte, casi tocando el Polo. Y lo hace, como empezó esta peregrinación en silla de ruedas, para pedir perdón, para ver los rostros de las víctimas y de sus descendientes. Para no dejar nada en el tintero antes de tomar el vuelo que le ha devuelto, a las 8,06 horas, a Roma.

Durante el vuelo de vuelta -que salió con más de una hora y media de retraso-, se espera una rueda de prensa en la que Francisco, además del viaje, seguramente aborde la situación en Ucrania, la reforma de la Curia y el futuro encuentro de todos los cardenales del mundo, la problemática del Camino Sinodal alemán o su Motu Proprio acerca del Opus Dei. Sin embargo, en su último acto oficial ante de despedirse de Canadá, Bergoglio volvió a mostrar "la indignación y la vergüenza que me acompañan desde hace meses", tras conocer de primera mano los abusos que sufrieron.

"También hoy, también aquí, quisiera decirles que estoy muy apenado y quiero pedir perdón por el mal que cometieron no pocos católicos que en esas escuelas contribuyeron a políticas de asimilación cultural y desvinculación", repitió, tal y como lo había hecho en Edmonton y Quebec. Antes, en privado, abrazó y lloró con los supervivientes y sus familias.

El escándalo de los abusos

Un dolor que "también suscita escándalo", porque no pueden soportar el peso del Evangelio de Jesús que dijeron traer, forzar, 'asimilar'. "¡Cuánto mal al romper los vínculos entre padres e hijos, al herir los afectos más queridos, al lastimar y escandalizar a los pequeños!".

Las últimas palabras del Papa en Canadá
Las últimas palabras del Papa en Canadá

"Estoy muy agradecido por la oportunidad de estar aquí en el Nunavut, dentro del Inuit Nunangat", admitió e Papa. "He intentado imaginar, después de nuestro encuentro en Roma, estos vastos lugares donde viven desde tiempos inmemoriales y que para otros serían hostiles. Ustedes han sabido amarlos, respetarlos, custodiarlos y apreciarlos, transmitiendo valores fundamentales de generación en generación, como el respeto por los ancianos, un genuino sentido de fraternidad y el cuidado del medio ambiente".

"Hay una hermosa correspondencia entre ustedes y la tierra que habitan, porque también ésta es fuerte y resiliente, y responde con mucha luz a la oscuridad que la envuelve durante gran parte del año", recalcó, reclamando cuidar esta tierra y a sus gentes."Cuidar la tierra, cuidar las personas, cuidar la historia".

Mirando hacia el futuro, el Papa citó a Goethe para recordar a los jóvenes inuit que "no basta vivir de rentas, es necesario volver a ganarse lo que se ha recibido como don". "Por tanto, no temas escuchar una y otra vez los consejos de los más ancianos, abrazar tu historia para escribir páginas nuevas, apasionarte, tomar posición frente a los hechos y a las personas, arriesgarte".

En este sentido, el Papa formuló tres consejos:

"El primero: camina hacia lo alto. Vives en estas vastas regiones del norte. Que ellas te recuerden tu vocación a tender hacia lo alto", pidió. "No pienses que los grandes sueños de la vida sean cielos inalcanzables. Estás hecho para levantar el vuelo, para abrazar la valentía de la verdad y promover la belleza de la justicia, para “elevar tu temple moral, ser compasivo, servir a los demás y construir relaciones, para sembrar paz y cuidado donde te encuentres; para encender el entusiasmo de los que te rodean; para ir más allá, no para igualarlo todo".

Aunque sea difícil, aunque parezca difícil volar. "Encontrarás gente que intentará borrar tus sueños, que te dirá que te conformes con poco, que luches sólo por lo que te conviene. Entonces te preguntarás: ¿Por qué tengo que esforzarme por algo en lo que los demás no creen? Y, además, ¿cómo puedo volar en un mundo que parece que cae cada vez más bajo en medio de escándalos, guerras, engaños, injusticias, destrucción del ambiente, indiferencia hacia los más débiles, decepciones por parte de los que tendrían que dar el ejemplo?".

Despedida al Papa
Despedida al Papa

Tú eres la respuesta

"Ante estas preguntas, ¿cuál es la respuesta?", se dijo el Papa. "Quisiera decirte: tú eres la respuesta. Tú, hermano, tú, hermana. No sólo porque si te rindes ya has perdido de antemano, sino porque el futuro está en tus manos".

"El mundo que habitas es la riqueza que has heredado, ámalo, como te ha amado quien te ha dado la vida y las alegrías más grandes, como te ama Dios, que por ti ha creado todo lo bello que existe y no deja de confiar en ti ni siquiera por un brevísimo instante. Él cree en tus talentos", prosiguió, señalando que "Jesús desde la cruz no te señala con el dedo, sino que te abraza y te anima, porque cree en ti aun cuando tú mismo has dejado de creer en ti". Todo un llamado a la esperanza.

Un coro inuit interpreta una canción tradicional
Un coro inuit interpreta una canción tradicional

Ir hacia la luz

El segundo consejo: "ir hacia la luz". "Cotidianamente estás llamado a llevar una luz nueva al mundo, la de tus ojos, la de tu sonrisa, la del bien que tú y sólo tú puedes aportar", sostuvo Francisco. "Pero, para ir hacia la luz, hay que luchar cada día con la oscuridad. Sí, hay una lucha cotidiana entre la luz y las tinieblas, que no sucede afuera, en un lugar cualquiera, sino dentro de cada uno de nosotros".

Porque "también tú eres luz del mundo y lo serás cada vez más si luchas por alejar del corazón la triste oscuridad del mal". Para ello, hay que "adquirir un arte", el arte "de separar cada día la luz de las tinieblas". "Para crear un mundo bueno, dice la Biblia, Dios comenzó justamente así, separando la luz de las tinieblas. También nosotros, si queremos ser mejores, tenemos que aprender a distinguir la luz de las tinieblas".

Francisco, con las víctimas inuit
Francisco, con las víctimas inuit

Y eso, ¿cómo se hace? ¿Cuál es la fuerza que nos permite separar dentro de nosotros la luz de las tinieblas, que nos hace decir “no” a las tentaciones del mal y “sí” a las ocasiones de bien? "Es la libertad. Libertad que no es hacer todo lo que me parece y me gusta; no es aquello que puedo hacer a pesar de los otros, sino por los otros; no es un total arbitrio, sino responsabilidad", contestó Francisco que, casi recordando al Quijote, subrayó que "la libertad es el don más grande que nuestro Padre celestial nos ha dado junto con la vida".

Hacer equipo

Finalmente, el tercer consejo: "hacer equipo". "Ustedes jóvenes son como las estrellas del cielo, que aquí brillan de manera espléndida, su belleza nace del conjunto, de las constelaciones que forman y que iluminan y orientan las noches del mundo (...) Ustedes están hechos para brillar juntos".

Danza típica inuit
Danza típica inuit

Una lucha contra el aislamiento, que en estas tierras polares es un riesgo cierto. Para ello, el Papa tiró de símil deportivo, en concreto del hockey sobre hielo, donde Canadá es potencia mundial. "¿Cómo es posible que Canadá conquiste todas las medallas olímpicas? ¿Cómo hicieron Sarah Nurse o Marie-Philip Poulin para marcar todos esos goles? El hockey conjuga bien disciplina y creatividad, táctica y físico; pero lo que hace la diferencia siempre es el espíritu de equipo, presupuesto indispensable para afrontar las imprevisibles circunstancias del juego".

"Hacer equipo significa creer que para alcanzar grandes objetivos no se puede avanzar solos; es necesario moverse juntos, tener la paciencia de combinar pases y movimientos para tejer estrategias de juego. También significa dejar espacio a los demás, salir rápidamente cuando es el propio turno y alentar a los compañeros. ¡Este es el espíritu de equipo!", concluyó el Papa, recordando a los jóvenes los tres consejos: "Amigos, caminen hacia lo alto, vayan cada día hacia la luz, hagan equipo. Y hagan todo esto en vuestra cultura, en el hermosísimo lenguaje Inuktitut". 

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