Mutilación Genital Femenina, una práctica que se suele ejecutar en niñas en algún momento de sus vidas entre la infancia y la adolescencia en determinados países. 6 de Febrero Día Mundial de Tolerancia Cero a la Mutilación Genital Femenina

La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.

Naciones Unidas luchan por su erradicación plena para 2030, siguiendo el espíritu del Objetivo de Desarrollo Sostenible 5

El 6 de febrero se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, una práctica que se suele ejecutar en niñas en algún momento de sus vidas entre la infancia y la adolescencia en determinados países.

Fue el 20 de diciembre de 2012 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución para proclamar este Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.

Desde el Grupo Feminista de Cristianos Socialistas PSOE queremos sumarnos a los movimientos no gubernamentales e instituciones que trabajan por conseguir la Tolerancia Cero frente a esta agresión a las mujeres.

Se calcula que hay unos 200 millones de niñas y mujeres mutiladas. En la actualidad se mutilan los genitales a tres millones de niñas cada año.

Para promover su erradicación es necesario realizar esfuerzos coordinados y sistemáticos en los que participen las comunidades en torno a la concienciación sobre los derechos humanos, la igualdad de género, la educación sexual y la atención a las víctimas de la ablación.

Se están consiguiendo algunos avances lentos, que calculan que hoy en día las niñas tienen la tercera parte de posibilidades de que sean sometidas a la mutilación genital que hace 30 años.

Entendemos que se trata, una vez más, de una desigualdad y desequilibrio de poder entre hombres y mujeres, que impide a las niñas y mujeres que ejerzan sus derechos.

Debemos orientar nuestro esfuerzo, y el de todos los organismos implicados, en conseguir que esta práctica desaparezca para el año 2030. Se necesita invertir recursos en salud, educación, en mentalización y empoderamiento de las mujeres.

Es imprescindible concienciar a los gobernantes de los países en los que aún se lleva a cabo esta horrible práctica dejen de considerarlo cómo algo cultural y acaben de una vez con la discriminación de las mujeres.

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