NOS RESISTIMOS A DESAPARECER PARA SIEMPRE

NOS RESISTIMOS A DESAPARECER PARA SIEMPRE

El ser humano se resiste a desaparecer para siempre y cuando se impone toda desesperanza, entonces, de inmediato, brota, desde el mismo corazón del ser humano, una rebeldía que le impulsa a hacer creíble su esperanza.

Más allá del tiempo, en ese espacio sin tierra y sin nombre, dónde las horas no existen y la eternidad se hace perenne, nos volveremos a encontrar y seremos regenerados por el Amor. Esa esperanza es el arma que nos mantendrá despiertos en esta tierra y la antorcha que hará soportable nuestros pasos.

El Papa Benedicto XVI, en la Oración del Ángelus del 1 de Noviembre del 2006, afirmaba: “…para nosotros, los cristianos, “vida eterna” no indica una vida que dura para siempre, sino, más bien, una nueva calidad de existencia, plenamente inmersa en el amor de Dios, que libra del mal y de la muerte, y nos pone en comunión sin fin con todos los hermanos y las hermanas que participan del mismo amor.

Muchos hombres y mujeres pasaron por la vida con la sola intención de violentar y de hacer daño a todo lo que les rodeaba y murieron tristes cuando el Eterno les exigió la vida, pero otros amaron todo cuanto les rodeaba, y en la hora de su partida sonrieron gustosamente porque eran devuelto a la armonía final con todo lo creado y al abrazo compasivo del Misterio, que se manifiesta sin sobresaltos en las huellas del Nazareno.

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