El fallo le absuelve del resto de delitos por los que había sido imputado Miguel Rosendo, condenado a nueve años de prisión por abusos sexuales

La Audiencia de Pontevedra ha condenado a nueve años de prisión a Miguel Rosendo da Silva, el líder de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, conocida como los 'Miguelianos', por abusos sexuales.

El fallo, que ha sido confirmado por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG), considera a Rosendo autor de un delito de abusos sexuales continuados "con prevalimiento y penetración" a una de las mujeres que le habían denunciado.

Ha sido absuelto, por su parte, del resto de delitos por los que había sido juzgado, entre ellos, asociación ilícita, delitos contra la integridad moral, cinco cargos de delitos de coacciones, agresión sexual continuada y un segundo delito de abuso sexual continuado.

El tribunal ha absuelto también al resto de los acusados -Ivana Lima, Iria Quiñones, Belén Esmerodes y José Carlos Acevedo-, que se enfrentaban a dos años de prisión por asociación ilícita, al formar parte de esta presunta secta.

Junto a ellos, la Audiencia de Pontevedra exonera a Dolores Espiñeira y Esteban Riobó, los dos integrantes de los 'Miguelianos' que confirmaron los abusos y prácticas sexuales y pseudoreligiosas por parte del líder de esta presunta secta hacia las consagradas.

Para ambos, que figuraban en la causa en la doble condición de acusados y víctimas, la Fiscalía solicitaba once meses de prisión. Para Miguel Rosendo, que está en libertad desde principios de diciembre tras cumplir el máximo de cuatro años de prisión preventiva, la Fiscalía pedía inicialmente una condena de 66 años de prisión.

La sentencia, que será recurrida por las partes, se produjo tras 30 sesiones en las que desfilaron casi 120 personas, entre testigos y peritos. Durante el juicio, Miguel Rosendo negó todas las acusaciones que pesan sobre él. Aseguró que todo lo hizo "por amor", siguiendo en todo momento las directrices que le marcaban desde el Obispado, de tal modo que, según manifestó, tuvo que asumir el rol de presidente de la congregación por imposición de la autoridad eclesiástica y como condición para que autorizasen la orden.


(RD/Agencias)


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