Representantes de varias religiones abordan el cambio climático en la Fundación Pablo VI La denuncia 'ecológica' de Omella: “¿Cuántos años hace que el 0,7 se iba a destinar a los más pobres? ¿Cuántos países lo han hecho?”

Encuentro de religiones en la Fundación Pablo VI
Encuentro de religiones en la Fundación Pablo VI

"Pongo en nuestro corazón todas las personas que tienen que salir de su tierra por razones de persecución, guerras.... ¿Por qué tienen que salir? Porque hay falta de solidaridad, porque hay fábricas de armamentos.... ¿Somos realmente hermanos, buscamos la paz?" se preguntó Omella

Archimandrita Demetrio: “Al hombre Dios lo puso en el jardín del Edén para que lo cuidara. El hombre, en lugar de jardinero del Edén se ha convertido en depredador del cosmos”

Alfredo Abad: “No queremos a gente de Camerún, pero tenemos barcos de pesca esquilmando sus costas. Hay que ver nuestra propia responsabilidad”

Y Dios hizo al hombre (y a la mujer) a su imagen y semejanza, y le hizo custodio de su Creación, para dominarla, para protegerla… y el hombre (y la mujer) dominó la naturaleza, pero no la protegió. Destrozó bosques, contaminó ríos, exterminó razas de animales, hasta el punto de ponerse en riesgo, y arriesgar la vida de todos. Y también la del planeta.

¿Cuál es el compromiso de las religiones respecto al cambio climático? ¿Cuál su responsabilidad? ¿Qué se puede hacer, desde la misma fe que proclamó Francisco de Asís o el Génesis, para frenar el Apocalipsis medioambiental? ¿Es posible conciliar un mundo sostenible con la supervivencia de la economía, y mirando al ser humano y su sufrimiento?

A estas y otras preguntas quisieron contestar cinco hombres, moderados por una mujer (también en esto todas las religiones, no sólo la católica, tienen mucho que mejorar), convocados en la sede de la Fundación Pablo VI por numerosas instituciones: Caritas Española, CONFER, Manos Unidas, Fundación Pablo VI, Movimiento “Laudato si”, Comunidad San Egidio, Enlázate por la justicia, Justicia y Paz, REDES, Secretariado de la Subcomisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española; Comisión Islámica, Federación de Comunidades Judías de España, Iglesia Evangélica Española y la Iglesia Episcopal Reformada Española.

Al otro lado de la tarima, junto a la periodista Mª Ángeles López, acudieron a la cita el Cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española; el P. Archimandrita Demetrio, del Arzobispado Ortodoxo de España y Portugal; Mohamed Ajana, de la Comisión Islámica de España; Moshe Bendahan, de la Comunidad Judía de España y Alfredo Abad, de la Iglesia Evangélica Española, bajo el lema “COP 26: el compromiso de las religiones con el cambio climático”.

 “Hay una parte de compromiso de todos, a nivel global”, subrayó el cardenal Omella. “Tenemos que incidir en que las instituciones se vayan comprometiendo más, y eso se hace sembrando desde el ejemplo, y a la vez que te comprometes, anuncias y denuncias”.

Por su parte, el Archimandrita Demetrio recalcó que “el compromiso de las religiones tiene su base en las Escrituras”. “Al hombre Dios lo puso en el jardín del Edén para que lo cuidara. El hombre, en lugar de jardinero del Edén se ha convertido en depredador del cosmos”, subrayó el líder ortodoxo.

Mohamed Ajana, de la Comisión Islámica de España, destacó que el propósito de la creación es triple: “realizar actos de adoración; de administración de los bienes de la tierra; y poblar la tierra, cuidarla, guardarla, cultivarla”.

Moshe Bendahan, de la Comunidad Judía, evocó un comentario rabínico según el cual “en el momento que Dios creó al hombre, lo puso ante todos los árboles del jardín, y le dijo: ‘Observa todo lo que hice por ti, ten cuidado con no dañar mi mundo, porque si lo alteras no hay quien lo pueda componer’. Esto es: hay que tener solidaridad con las generaciones que vienen”.

Por su lado, Alfredo Abad, de la Iglesia evangélica española, recalcó cómo “las religiones han sido un factor de responsabilidad con la falta del cuidado de la creación”. “Tenemos que incluir conceptos como huella ecológica, responsabilidad respecto al consumo, a lo que estamos consumiendo… porque la creación entera gime con dolores de parto, esperando la redención”. 

Los 'refugiados climáticos'

“No queremos a gente de Camerún, pero tenemos barcos de pesca esquilmando sus costas. Hay que ver nuestra propia responsabilidad”, subrayó el pastor, quien advirtió de que los “refugiados climáticos” podrán ser miles de millones en el futuro. “Y cuando desaparezcan entre las olas las islas del Pacífico, nadie les podrá decir que se vuelvan a sus casas”.

Para Omella, “quizá no hemos cultivado suficientemente la importancia del cuidado, quizá nos habíamos olvidado, pero la realidad y la gente, y el mismo Papa nos han recordado que nos estamos jugando mucho. No somos dueños, sino administradores de lo que nos ha dado el Señor”.

“Pese a todo, hay una gran conciencia de compromiso por la creación. La juventud es muy sensible a esto”, aclaró el presidente de la CEE. "Tenemos un clamor inmenso de gente que abandonamos en el camino. Es un tema muy grave", abundó, preguntándose: “¿Cuántos años hace que el 0,7 se iba a destinar a los más pobres? ¿Cuántos países lo han hecho?”.

Desconocimiento de Dios y cuidado de los más frágiles

En la base del caos climático, añadió el rabino, está "el desconocimiento de Dios". "Hay un vacío de Dios en la sociedad, y debemos tener la fuerza interna y la motivación para cambiar las cosas, y eso lo da la espiritualidad".  

Junto al clima, y dentro de él, el cuidado de los más frágiles". Es preciso un cambio de actitud espiritual", coincidió Omella, quien subrayó el tema de la familia y los menores. "Estamos en un momento de unir fuerzas, por los chicos, la familia…. Si todas las religiones estamos en esta línea confluyendo y reflexionando, dando testimonios concretos, y acciones concretas, producirá un cambio", sabiendo que "hay que esperar".

El archimandrita añadió que "la imagen de Dios es toda la Humanidad. En el momento en que justificamos los individualismos, comenzamos a no participar en los problemas de los demás. Si nos aislamos de la creación, fomentamos el capricho o la ética actual: quiero, puedo, pues lo hago… No somos imagen de dios, sino algo diferente. El cuidado de la creación también lo tenemos que hacer con los no nacidos y con las personas mayores".

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