Clama contra una economía sin “moral” que impide lograr un trabajo “decente y estable” Osoro pide "revolucionarios, pero no de pandereta", durante el Sermón de las Siete Palabras de Valladolid

Osoro, en el Sermón de las Siete Palabras
Osoro, en el Sermón de las Siete Palabras

Pide pasar de un culto sin sacrificio a un culto en el que la persona se ofrezca "enteramente" para ello reivindica vivir con el arma "más necesaria", vivir "con el amor de Dios"

Los cristianos deben tener "coraje y valentía" porque existen dos tentaciones "graves" como son disolverse en medio del mundo o construir unas "enormes" murallas sin meterse de lleno en el mundo

El cardenal y arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, invitó a los fieles vallisoletanos a ser "revolucionarios", pero "no de pandereta", e ir contracorriente frente a la cultura de lo provisional en un mundo "donde todo aparece como relativo", donde se predica que "lo importante es disfrutar el momento y no comprometerse con las personas".

"Sed artesanos del futuro y profetas de la bondad de Dios", dijo durante el Sermón de las siete Palabras celebrado en la capital vallisoletana este Viernes Santo. En sus palabras, Osoro ha reivindicado la cultura "del perdón y del encuentro" para hacer "un mundo cada vez más humano" y apela a la "reconciliación y solidaridad", porque estos signos distintivo de los discípulos de Cristo ayudan a ver al otro, "ya sea persona, pueblo o nación" no como un instrumento "para explotar, sino como un semejante", al tiempo que ha pedido a los cristianos "coraje y valentía".

La lluvia deslució el evento

Osoro no cree que haya tarea ni misión "más hermosa" para los discípulos de Cristo que llevan el Evangelio y la buena noticia "para que todos los hombres puedan experimentar la alegría" de Jesús porque cuando el mundo "está triste y es negativo es porque olvida el retrato verdadero del hombre que tan maravillosamente ha revelado Jesucristo con su vida".

Dios es más fuerte que todos los poderes oscuros

Porque la Eucaristía "muestra que Dios es más fuerte que todos los poderes oscuros y tenebrosos de la historia" y como dice San Pablo: "Cristo derribó el muro del odio para reconciliar a los hombres entre si" además de que en su sermón ha defendido a Cristo "que cambia la vida, elimina egoísmos, da juventud porque cambia el corazón y solamente lo pone en la dirección de prójimo" con "amor y misericordia".

Por ello, el cardenal arzobispo de Madrid ha asegurado que hay que decir a la Virgen lo que se quiere, "un solo pueblo, no estar peleados y divididos, ser familia, no hablar de revancha, cuidar los unos de los otros, vivir como hermanos y eliminar la envidia, la discordia y la violencia".

Osoro cree que es necesario "recuperar la memoria de cómo se vive como hermanos" y así se refiere a la Virgen María como "maestra en el arte de escuchar" por lo que ha propuesto a los hombres que se detengan a "escuchar al otro" porque escuchando "cuántas cosas cambiarían".

Dios no reniega de los hombres

Durante su discurso, Carlos Osoro se ha referido a la misericordia y así ha apuntado que los hombre pueden renegar de Dios, "darle la espalda, no querer saber nada de él, pecar contra él" pero Dios "no puede renegar de sí mismo y por eso siempre permanece fiel, no se cansa, espera, anima, alienta, siempre levanta, nunca hunde, nunca te tira en cara nada".

Asimismo, Osoro ha defendido una educación que haga hombre "con valores y con carácter", pasar de una ciencia "sin humanidad" a una ciencia "que se pone totalmente al servicio de las personas" y pasar de un culto sin sacrificio a un culto en el que la persona se ofrezca "enteramente" para ello reivindica vivir con el arma "más necesaria", vivir "con el amor de Dios".

Otro mundo es posible

"Otro mundo es posible", ha enfatizado Osoro, quien cree que es posible ese sueño de Dios con "discípulos que comiencen a vivir desde tres convencimientos": una comunidad misionera; predicar con palabras y obras "convencidos de que otro mundo es posible" y anunciar a Jesús y llamar a seguirle.

En la sexta palabra, 'Todo está cumplido', el cardenal arzobispo de Madrid se ha referido a la "cultura del encuentro" que debe llevar a los hombres a "algo tan sencillo" como vivir como lo hizo Jesús, "viendo, mirando, escuchando, estando con las personas, parándose con ellas" a lo que ha añadido que los cristianos deben tener "coraje y valentía" porque existen dos tentaciones "graves" como son disolverse en medio del mundo o construir unas "enormes" murallas sin meterse de lleno en el mundo.

Por ello, ha recordado las palabras de Juan Pablo II en 2002, cuando aseguró que era preciso "encender la chispa de la gracia de Dios. Transmitir al mundo la misericordia .... porque en la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz y el hombre, la felicidad", y ha defendido la necesidad de descubrir lo que es esencial para vivir, mantener con fuerza la convicción de los derechos humanos y ser revolucionarios e ir contra corriente.

El perdón frente a la venganza y la violencia

Porque en un mundo donde todo aparece "como relativo" donde se predica que lo importante "es disfrutar el momento y no comprometerse con las personas y las opciones definitivas" hay que ser revolucionarios, al tiempo que ha vuelto a apelar al perdón como instrumento "para alcanzar la paz del corazón y apartar la venganza, el rencor, la rabia y toda clase de violencia".

Asimismo, ha invitado a todos los oyentes a entrar en diálogo con todo el ser humano y ha reconocido que "Dios es necesario" porque la eliminación y el olvido de Dios "crea un abismo en el interior del hombre" y produce una ruptura en su existencia que le hace sentirse no dichoso".

Por ello, ha pedido dejar entrar al señor en la vida de las personas, porque es estar "en las mejores manos".

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