El deán de la catedral de Santiago, José María Díaz, describió ayer como "un milagro más" en las peripecias del Códice Calixtino su recuperación. Eso sí, este no habría sido posible sin la "cooperación inteligentísima de la Policía científica". El máximo responsable del Cabildo destacó la "alegría" de tener la obra de vuelta en "casa".
Durante la presentación de"El Santiago oculto de los peregrinos", el deán explicó que sus temores no se cumplieron y el Códice "no ardió". Pero "si hubiera ardido, las letras habrían volado", dijo, en alusión a las copias y estudios que existen de la obra. La historia del libro, que calificó de "ejemplar casi milagroso", incluye episodios que pusieron a prueba su supervivencia. Así, recordó, la carta que inicia el Códice recoge cómo Calixto II cayó en manos de salteadores que le despojaron de todo, excepto de la obra, que también sobrevivió a un naufragio. "Ahora hay que añadir un milagro más", resaltó.
Por otra parte, el personal laboral de la catedral envió ayer un comunicado para pedir que el robo no "manche" su imagen. Alegan que el hecho de que un profesional autónomo antiguamente vinculado a la basílica haya resultado ser un presunto ladrón que "se ha enriquecido a cuenta de la fe y caridad de fieles y visitantes, nada tiene que ver con la profesionalidad de más de 30 personas que diariamente desarrollan su labor" en el templo. "Somos una víctima más de los robos", proclaman.
El responsable de Cultura de la catedral, Daniel Lorenzo, aseguró ayer que aún no han decidido cuándo ni por cuánto tiempo se expondrá el Códice al público.