Espera que en este año se cubran las vacantes episcopales aragonesas Ureña: "La vida humana es intocable y no puede ser tratada como cosa"
El arzobispo de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, ha defendido este viernes la necesidad de hablar del aborto, no sólo desde el ámbito de la política, sino "con toda la sociedad" porque ésta es una cuestión "más amplia" que el debate político.
Por este motivo, todos los obispos que están al frente de las diócesis aragonesas han suscrito una Carta Pastoral, fechada este viernes, sobre la nueva ley del aborto --la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo--, para "hacer oír la voz de la Iglesia y los cristianos", que "tenemos derecho a opinar y manifestar nuestro modo de pensar en una sociedad democrática" y que está dirigida a "todos los que quieran oír esa voz".
El prelado ha explicado en rueda de prensa que el texto es un "canto a la vida" y se sustenta en la "ecología humana" para "gritar y proclamar la intangibilidad de la vida humana, del ser humano" y el hecho de que el hombre es un ser "inteligente y libre", un "fin en sí mismo" que hace que la vida humana sea "intocable".
El aborto es un problema, ha señalado, que no afecta sólo a España, sino a todo el mundo, y ha opinado que es preciso "escuchar a la ciencia", que dice, ha afirmado, que desde que se unen el gameto femenino y masculino (óvulo y espermatozoide) "no hay un salto cualitativo" y por tanto hay vida humana desde el primer momento de la fecundación, que no puede tratarse como si fuera una cosa, ha comentado.
Al respecto, ha recalcado que "no se puede incidir en ella", es "intocable" y "nadie tiene derecho sobre la vida", sino que hay que respetarla, para advertir de que "cambiar el ser de las cosas es muy peligroso" y subrayar que tanto el sujeto individual como el colectivo, tanto la monarquía absoluta como la democracia o un Parlamento, "pueden equivocarse".
Monseñor Ureña ha argumentado que es la ética la que "tiene que decir lo que es justo, no la política", y ha considerado que "cambiar el contenido de la realidad" no es posible porque "la realidad es lo que es, se impone por sí misma".
En este sentido, ha abogado por "ponerse en el lugar" de la mujer que ha abortado y de la que se plantea hacerlo, es preciso "ayudarla, comprenderla" y desde la "honestidad ética" ponerle de manifiesto que si está embarazada "alguien está presente en su ser", "no es una parte de su cuerpo amputable".
DESCONSUELO PROFUNDO
El prelado ha asegurado que durante su experiencia pastoral ha conocido a mujeres que han abordado y ha remarcado que sufren un "desconsuelo profundo" y se quedan en una situación "espantosa", algo que se "silencia", pero de lo que se debería "hacer publicidad" e informar a la mujer.
En esta línea, se ha referido a las mujeres que se puedan quedar embarazadas después de una violación y, tras afirmar que es una experiencia "brutal" y un "trauma" para ellas, ha agregado que "abortar es mucho peor" y la mujer que lo hace "se recupera peor" de ese trauma si, además, aborta.
El prelado ha comentado también que es responsabilidad de la sociedad y también de la Iglesia ofrecer "alternativas efectivas" a las mujeres que se ven en la disyuntiva de abortar y ha señalado que "hay ofertas diocesanas ya existentes".
"No puede ser que una madre se queda sin ayuda, no hay que desamparar a la mujer", ni material, ni psicológica, ni espiritualmente, cuando se enfrenta a situaciones "duras" de la vida y ha puesto como ejemplo el trabajo que desarrolla en este ámbito la Casa Cuna de Ainkaren en Zaragoza.
El prelado ha comentado que la carta pastoral es un "aldabonazo más a la conciencia colectiva", ante la aprobación por parte del Parlamento de España de la ley del aborto en marzo de este año y de su entrada en vigor el pasado 5 de julio.
La carta está firmada por el obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián; por el arzobispo metropolitano de Oviedo y administrador apostólico de Huesca y Jaca, Jesús Sanz; el obispo de Cartagena-Murcia y administrador apostólico de Teruel y Albarracín, José Manuel Lorca; el obispo de Córdoba y administrador apostólico de Tarazona (Zaragoza), Demetrio Fernández, y por el propio monseñor Ureña.
Vacantes episcopales
El arzobispo de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, espera que a lo largo de este año vayan cubriéndose las vacantes episcopales existentes en las diócesis de Huesca y Jaca, Teruel y Albarracín, y Tarazona (Zaragoza).
En rueda de prensa, ha señalado que la Santa Sede tarda una media de un año en cubrir las vacantes que se producen, por lo que ha estimado que la primera diócesis que se cubrirá será la de Teruel y Albarracín, ya que el 1 de agosto hará un año que se quedó vacante.
Después, quedó vacante la de Huesca y Jaca, el 30 de enero de este año y, más tarde, a mediados de marzo, la de Tarazona. A su entender, podría ser en septiembre cuando se produzca el nombramiento del obispo de Teruel y Albarracín, aunque ha aclarado que no sabía nada al respecto.
Ha agregado que espera que "estemos en vísperas" de ocupar las sedes vacantes y que "a lo largo del presente año" se solucione esta situación.
Mientras esto ocurre, los anteriores obispos siguen ejerciendo como administradores apostólicos, de forma que el arzobispo metropolitano de Oviedo, Jesús Sanz, es administrador apostólico de Huesca y Jaca; el obispo de Cartagena-Murcia, José Manuel Lorca, es administrador apostólico de Teruel y Albarracín y el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, es administrador apostólico de Tarazona (Zaragoza).
En Aragón hay otras dos diócesis, la de Barbastro-Monzón, cuyo obispo es Alfonso Milián, y la archidiócesis de Zaragoza, que tiene al frente a monseñor Manuel Ureña.
Antonio López y El Pilar
El arzobispo de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, ha explicado este viernes que se le ha pedido al pintor Antonio López "todo un proyecto macizo", que "estamos esperando" sobre su propuesta de pintar una de las cúpulas de la basílica del Pilar de la capital aragonesa porque hay que "ir con mucho cuidado" ya que la decisión de intervenir en el Pilar es una "responsabilidad histórica importante".
El prelado ha señalado en rueda de prensa que, una vez que se tenga la propuesta de Antonio López, "se someterá a todos los controles", tanto a la supervisión del Cabildo Metropolitano, como de la comisión de patrimonio de la comunidad autónoma y a las academias de bellas artes españolas.
"El Pilar es el Pilar y para pintar allí hace falta atarse los majuelos", ha comentado monseñor Ureña, para agregar que "no hay duda de la categoría" artística de Antonio López y "estamos felices y contentos de la oferta recibida" de él, pero ha de pasar "todos los controles" y que exista el "compromiso social de seguir adelante".
El arzobispo de Zaragoza ha señalado que habría que conseguir financiación para este proyecto y ha reconocido que éste "no es el mejor momento" por la situación de crisis económica, si bien también ha comentado que las inversiones contribuyen a crear empleo.
A este respecto, ha puesto como ejemplo que en el pasado también existió la posibilidad de que Salvador Dalí interviniera en el Pilar, pero "no pudo ser por falta de medios". (RD/Ep)