El nuevo primado entra en Toledo anunciando un año Jubilar en Guadalupe Francisco Cerro: “Una Iglesia que no acoge todas las formas de pobreza de nuestra humanidad no es la de Jesús”

El abrazo entre Francisco Cerro y Braulio Rodríguez
El abrazo entre Francisco Cerro y Braulio Rodríguez

"Si les falla la Iglesia a los pobres ¿adónde van a acudir? Si no somos nosotros hogar para los que viven en todas las intemperies, en todas las periferias de nuestra vida, no seremos coherentes con el Evangelio de Jesús"

“Sabemos que otro mundo es posible: hay que salir hoy y siempre a evangelizar las periferias, a los que viven en las intemperies, a los emigrantes, a los refugiados, a los que no tienen hogar”

"Éste es mi proyecto pastoral, una evangelización con corazón"

Este es mi proyecto pastoral, una evangelización con corazón”. Toledo se convirtió esta mañana en una improvisada sede de la Conferencia Episcopal española. Más de la mitad de los obispos de nuestro país se dieron cita en la catedral primada para asistir a la toma de posesión de Francisco Cerro como nuevo arzobispo de Toledo. Una emotiva ceremonia, en un marco incomparable, que Cerro culminó con un anuncio: la celebración del “XX Año Jubilar de Guadalupe donde estaré siempre presente como pastor peregrino”. ¿Un primer paso para la devolución del santuario a Extremadura? Veremos.

Lo que sí quedó claro es la importancia religiosa del acto. Cinco cardenales concelebraron la misa: Rouco Varela, Antonio Cañizares, Ricardo Blázquez, Carlos Osoro y Aquilino Bocos. Junto a ellos, ocho arzobispos y otros 31 obispos, así como todas las autoridades autonómicas y locales, tanto de Castilla-La Mancha como de Extremadura. Junto a ellos, el arzobispo saliente, Braulio Rodríguez, y el nuncio Bernardito Auza. Los actos arrancaron con la llegada de Cerro a la Puerta Bisagra. El escenario, inmejorable: la catedral primada estaba engalanada para la ocasión.

Braulio: "Todo cuanto hagas por la familia será poco"

Tras sus palabras, Braulio ofreció el asiento en la sede, y el báculo a Francisco Cerro. Ambos, emocionados, se fundieron en un abrazo, mientras la catedral se deshacía en una cerrada ovación. “Hace 10 años y 8 meses que Dios quiso enviarme, por la decisión del Papa Benedicto XVI, como vuestro Arzobispo a esta hermosa y querida Iglesia de Toledo. Ya sabía entonces que estamos de paso”, reflexionó el ya arzobispo emérito.

Te recibimos con amor y con los brazos abiertos como Arzobispo de Toledo, para proseguir la cadena de la sucesión en esta Archidiócesis, de tantos siglos de existencia, con tantos arzobispos insignes y tantos santos, que te servirán de ejemplo y estímulo”.

“Pedimos al Señor que sigas siendo un Pastor de corazón grande, en una Iglesia con mucho amor de Dios, con gran dinamismo evangélico, misionero”, recalcó Braulio, repasando los “tesoros de fe y esperanza” que se encontrará en Toledo. Y con una advertencia: “Todo cuanto se hagas por la familia cristiana será siempre poco; exhorta a tener en cuenta a los más pobres; anima a los que se esfuerzan en la Escuela Católica y en la Escuela Pública. Los fieles laicos han despertado y quieren despertar al resto de sus hermanos”.

Nuncio: Las tres cercanías del obispo

Por su parte, el Nuncio Auza quiso agradecer el trabajo de Braulio Rodríguez Plaza, y le recordó las tres cercanías del obispo que señala el Papa: “La cercanía con Dios en la oración, esa es la primera función; la cercanía con los presbíteros en el colegio presbiteral, y la cercanía con el pueblo”.

En su primera homilía como arzobispo de Toledo, Francisco Cerro presentó algunos de sus “retos pastorales” en la misma catedral en la que fue ordenado el 12 de julio de 1981. Tras mostrar su agradecimiento al arzobispo saliente y a su “querida diócesis de Coria-Cáceres, Cerro destacó que “vuelvo a Toledo, mi casa. Me siento cercano a todos. No considero lejano a nadie”.

“No es que no me falte nada ahora, es que nada me puede faltar nunca. Vivo muy agradecido al Papa Francisco, por mi elección como arzobispo de esta Archidiócesis de Toledo tan querida y a la que tanto debo”, señaló el nuevo arzobispo primado, quien desgranó el agradecimiento como “único camino para encontrar la paz y la alegría en medio de las dificultades de la vida. Instalándonos en la queja colapsamos la acción de Dios en nuestra vida”.

Alegría, y confianza. “La confianza de que Dios construye desde nuestra pobreza. Este es mi proyecto pastoral, una evangelización con corazón”.

“Vivo con gozo mi entrada en Toledo y sólo pretendo servir como pastor de una Archidiócesis milenaria con santos pastores, obispos, sacerdotes, laicos y mártires”, abogó, destacando la presencia de la vida consagrada y de “laicos muy formados”.

Sabemos que otro mundo es posible: hay que salir hoy y siempre a evangelizar las periferias, a los que viven en las intemperies, a los emigrantes, a los refugiados, a los que no tienen hogar”, indició Francisco Cerro, quien abogó por la “sinodalidad”, pero siempre desde el corazón, pues “las mejores genialidades de nuestra pastoral, las obras más creativas de la evangelización, no tienen vida ni futuro, si no tienen corazón”.

"No es un Dios contra nosotros, es un Dios con nosotros"

“Evangelizar con confianza es evangelizar con corazón, es decirle a cada persona que te encuentras en el camino de la vida, con tus palabras siempre, que Dios te ama y quiere para nosotros lo mejor. No es un Dios contra nosotros, es una Dios con nosotros”, concluyó, recordando “la situación de conflictos, de tensiones, de paro, de emigración que vivimos en los momentos actuales, sobre todo, entre los jóvenes, también del desprecio a la vida”, que sólo se pueden vencer con alegría y verdad.

“Una Iglesia que no acoge todas las formas de pobreza de nuestra humanidad no es la de Jesús”, recalcó el nuevo prelado, insistiendo en que “si les falla la Iglesia a los pobres ¿adónde van a acudir? Si no somos nosotros hogar para los que viven en todas las intemperies, en todas las periferias de nuestra vida, no seremos coherentes con el Evangelio de Jesús”.

Francisco Cerro, en la Puerta Bisagra

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