Profetas del pueblo con el pueblo

LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL SIGUEN CALLADOS

Rouco echa fuera de la catedral a los desahuciados

"En aquel tiempo, fue Jesús a o su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que le oía se preguntaba asombrada: "¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? ¿Y sus hermanas no viven con nosotros aquí?". Y descon­fiaban de él. Jesús les decía: "No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa". No pudo hacer allí ningún mila­gro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe".

1.-Juzgar por apariencias:

Jesús se siente despreciado en su tierra y entre los de su propia familia, porque lo ven como uno más. Cuántas veces vemos a personas que parecen ser una de tantas sin más y luego al tratarlas de cerca descubrimos en ellas grandes valores. Muchas veces juzgamos por apariencias, y estas con frecuencia engañan. Si se presentara ante la gente de su pueblo con mitra, báculo, anillo y otros aditamentos, chofer, policía de protección, guardaespaldas, uniforme de alto militar, traje de gala, etc. anunciando antes su visita, seguro que acudiría mucha gente a recibirlo.

Jesús había sido un simple obrero, y posiblemente un esclavo muy pobre, y por eso aquellos vecinos suyos lo miran con desprecio. Lo juzgan por las apariencias y no por lo que hay dentro de él. Pesan más en ellos sus prejuicios que lo que están viendo en Jesús. Eso los conduce a no aceptar los grandes valores que hay en El, a pesar de lo que están viendo, y acaban desconfiando de El.

2.-¿Dónde están los profetas?

Profeta es aquel que sale del pueblo y opta por el pueblo, desde las exigencias de la justicia de Dios. El profeta habla desde la experiencia de la miseria del pueblo, habla desde los oprimidos contra los opresores.

A los de arriba, su posición privilegiada, los incapacita para ser profetas y por eso los de arriba nunca son profetas; solo desde el abandono de esa posición y la opción por los oprimidos pueden ser profetas, y a partir de esa nueva actitud los que fueron antes de su élite de superioridad y poder, rechazarán al profeta, lo tildarán de traidor e intentarán acabar con él.

Jesús se presenta ante sus vecinos como profeta, y tampoco le aceptaron como tal, rechazando sus enseñanzas. El profeta ataca al hombre poderoso y a quienes sin ser poderosos se identifican con ellos, porque tiene en ellos su imagen de hombre. Jesús no solo es rechazado como profeta por los suyos, sino que cada vez va a ser más rechazado por las élites religioso-políticas de Galilea a medida que El las vaya dejando en evidencia ante el pueblo. Acabarán asesinando a Jesús. Asesinaron su voz, pero no pudieron asesinar su mensaje, porque respondía a las aspiraciones más profundas y auténticas del ser humano.

3.-Necesitamos urgentemente profetas:

De todo eso sin duda necesitamos hoy muchos y grandes profetas para dar respuesta a la realidad de nuestro tiempo, profetas del pueblo, con el pueblo. Profetas de los oprimidos contra los opresores. Desde el poder político-religioso no se puede ser profeta. Lo tenemos bien claro en la Conferencia Episcopal Española, que no dice una sola palabra ante tantos miles de tragedias que la crisis y los gobernantes que la gestionan, están haciendo caer sobre los más pobres, incluido su mismo presidente, que echó de la catedral a los desahuciados que se habían reunido allí. ¿Dónde están los Obispos que otrora se manifestaban por las calles de Madrid, y ahora, salvo alguna que otra excepción, ni siquiera abren la boca para defender a los preferidos de Jesús con una denuncia clara y nítida de quienes los empobrecen? Hay que defender toda vida (la no nacida) y todas las vidas (las nacidas), y denunciar a todos los que dañan toda clase de vida y de vidas. A todos, no a unos sí y a otros no, y todos con la misma fuerza y compromiso.

Necesitamos profetas contra las guerras, las injusticias, las violencias, las desigualdades, el odio, la ambición, las mentiras, las trampas, la corrupción, los ricos, el lujo, el dinero, los especuladores, los opresores, los manipuladores, el neoliberalismo. De todo eso fue enemigo Jesús, porque todo eso es enemigo del ser humano. ?

Necesitamos muchos y grandes profetas de la justicia, la igualdad, la fraternidad, el amor, la vida, la esperanza, la ternura, la amistad, la generosidad, el don, la comprensión, la armonía, el respeto, y el cuidado. De estos grandes valores todos podemos ser profetas de nuestro tiempo con los hechos y las palabras de nuestra vida.

Un abrazo muy cordial a tod@s.-Faustino
Volver arriba