¿Es la gente quien se ha alejado de la Iglesia?
¿Es la gente quien se ha alejado de la Iglesia, o es la Iglesia quien se ha alejado de la gente?
Juan 21, 1-19: El Evangelio de este domingo nos cuenta que varios discípulos, Pedro entre ellos, estaban pescando en el lago de Tiberíades. Se les presentó Jesús Resucitado en la orilla. Juan lo reconoce y les dice: "es el Señor". Pedro va nadando hacia El y los otros discípulos se acercan en la barca. Era por la mañana. Al llegar a tierra ven unas brasas con un pescado encima y pan. Jesús les manda traer más pescado y les dice: "Vamos, desayunad". El mismo Jesús les reparte pescado y pan. Es El quien les prepara y da el desayuno. Después Jesús le pregunta a Pedro por tres veces si lo quiere de verdad, y ante la respuesta afirmativa, le dice a Pedro que apaciente sus corderos y sus ovejas.
Los pastores de hoy, ¿lo estamos haciendo realmente así? Tenemos que ser pastores de personas, y no solo pastores de almas. Por tanto es el hombre todo entero, con toda la realidad de este mundo, el que nos tiene que preocupar.
Jesús le manda a Pedro por tres veces que cuide a sus discípulos. Nos contaba el Evangelio del Domingo pasado que los discípulos estaban en una casa con las puertas cerradas por miedo a los Judíos.
1.-Con frecuencia oímos decir a las jerarquías eclesiásticas que hay que ir al encuentro de los alejados. Pero, ¿son ellos los que se han alejado de la Iglesia o es la Iglesia la que se ha alejado de ellos? ¿Son las ovejas quienes se han alejado de los pastores, o somos los pastores quienes nos hemos alejado de las ovejas? Alejarse de los problemas y sufrimientos de la gente, quedarse dentro sin salir a donde están ellas, es abandonarlas. No basta con darles asistencialismo, aunque sea necesario: hay que denunciar las estructuras y a los causantes de su abandono, que cada vez causan más pobres y más empobrecidos.
¿No nos está pasando a nosotros como a los Apóstoles que por miedo a los judíos se reunieron en una casa con las puertas cerradas? ¿Acaso tenemos miedo? ¿Por qué es?
2.-Llevamos años de crisis. Llevamos años de manifestaciones por calles y ciudades contra los recortes, la corrupción, los desahucios, las privatizaciones, los abusos bancarios, el paro, etc. En esas manifestaciones, vemos a veces algún que otro cura, más bien secularizados, pero no vemos nunca ni Obispos, ni Cardenales. ¿Dónde están? Por qué se quedan en casa? ¿Por qué no están físicamente al lado del pueblo, de los que luchan por una sociedad más justa, de los apaleados por la crisis, de los que se quedan sin casa, sin trabajo, sin asistencia sanitaria? ¿Acaso tienen miedo? ¿A qué tienen miedo? ¿Tienen algo que perder? ¿Qué es? ¿Acaso privilegios, prebendas, exenciones fiscales, leyes que los discriminan positivamente frente al resto de los ciudadanos? ¿Acaso se deben a los gobernantes de turno, sobre todo si son de su cuerda ideológica conservadora? ¿No es eso abandonar las ovejas?
Si a nuestra jerarquía le duele de verdad tanto sufrimiento (y queremos pensar que sí), ¿por qué están tan quietos y callados?
Para aparecer al lado de los más ricos, como Banqueros y Empresarios, y fotografiarse con ellos, para eso no tienen ningún reparo.
3.-Ante una Jerarquía, que habla tan poco con palabras, o nada, como la Conferencia Episcopal ante tanto sufrimiento de miles y miles de ciudadanos, ¿estas personas, qué van a esperar de la Iglesia?
Jesús dijo a los Apóstoles: "Recibid el Espíritu Santo". ¿A qué Espíritu Santo hacemos caso? Los sufrimientos angustiosos de tantos miles y miles de ciudadanos son sin duda el grito del Espíritu de Dios en ellos, que nos pide que salgamos en su defensa. No basta con ayudarles caritativamente, porque eso no hace más que paliar momentáneamente su pobreza y perpetuar su situación. Hay que salir a exigir justicia y solidaridad económica, porque hoy no hay pobreza, lo que hay son cada vez más pobres empobrecidos porque los bienes que deben ser para todos están en manos de una minoría cada vez más rica (bancos y banqueros, grandes empresarios y defraudadores): ya tenemos en España al tercer más rico del mundo; antes era el noveno ahora es el tercero. Los grandes ganan cada vez más y los pobres tienen cada vez menos.
4.-Tomás necesitó ver para creer: Cuando la gente vea que la Iglesia está comprometida de verdad con el pueblo oprimido a ejemplo de Jesús, estará con ella. Qué falta tenemos de que cada vez haya más personas que hagan caso a las sugerencias del Espíritu y asuman la lucha por otro mundo más justo para que cada ser humano pueda vivir dignamente.
¡Qué falta tiene esta iglesia oficial de un fuerte soplo del Espíritu, que la remueva y renueve desde sus mismos cimientos para volver a ser coherente con el Evangelio de Jesús! Esperemos que el Papa Francisco vaya por ahí, y pase de gestos simbólicos (que reconocemos y valoramos) a hechos verdadera y profundamente renovadores.
Un cordial saludo.-Faustino
Juan 21, 1-19: El Evangelio de este domingo nos cuenta que varios discípulos, Pedro entre ellos, estaban pescando en el lago de Tiberíades. Se les presentó Jesús Resucitado en la orilla. Juan lo reconoce y les dice: "es el Señor". Pedro va nadando hacia El y los otros discípulos se acercan en la barca. Era por la mañana. Al llegar a tierra ven unas brasas con un pescado encima y pan. Jesús les manda traer más pescado y les dice: "Vamos, desayunad". El mismo Jesús les reparte pescado y pan. Es El quien les prepara y da el desayuno. Después Jesús le pregunta a Pedro por tres veces si lo quiere de verdad, y ante la respuesta afirmativa, le dice a Pedro que apaciente sus corderos y sus ovejas.
Los pastores de hoy, ¿lo estamos haciendo realmente así? Tenemos que ser pastores de personas, y no solo pastores de almas. Por tanto es el hombre todo entero, con toda la realidad de este mundo, el que nos tiene que preocupar.
Jesús le manda a Pedro por tres veces que cuide a sus discípulos. Nos contaba el Evangelio del Domingo pasado que los discípulos estaban en una casa con las puertas cerradas por miedo a los Judíos.
1.-Con frecuencia oímos decir a las jerarquías eclesiásticas que hay que ir al encuentro de los alejados. Pero, ¿son ellos los que se han alejado de la Iglesia o es la Iglesia la que se ha alejado de ellos? ¿Son las ovejas quienes se han alejado de los pastores, o somos los pastores quienes nos hemos alejado de las ovejas? Alejarse de los problemas y sufrimientos de la gente, quedarse dentro sin salir a donde están ellas, es abandonarlas. No basta con darles asistencialismo, aunque sea necesario: hay que denunciar las estructuras y a los causantes de su abandono, que cada vez causan más pobres y más empobrecidos.
¿No nos está pasando a nosotros como a los Apóstoles que por miedo a los judíos se reunieron en una casa con las puertas cerradas? ¿Acaso tenemos miedo? ¿Por qué es?
2.-Llevamos años de crisis. Llevamos años de manifestaciones por calles y ciudades contra los recortes, la corrupción, los desahucios, las privatizaciones, los abusos bancarios, el paro, etc. En esas manifestaciones, vemos a veces algún que otro cura, más bien secularizados, pero no vemos nunca ni Obispos, ni Cardenales. ¿Dónde están? Por qué se quedan en casa? ¿Por qué no están físicamente al lado del pueblo, de los que luchan por una sociedad más justa, de los apaleados por la crisis, de los que se quedan sin casa, sin trabajo, sin asistencia sanitaria? ¿Acaso tienen miedo? ¿A qué tienen miedo? ¿Tienen algo que perder? ¿Qué es? ¿Acaso privilegios, prebendas, exenciones fiscales, leyes que los discriminan positivamente frente al resto de los ciudadanos? ¿Acaso se deben a los gobernantes de turno, sobre todo si son de su cuerda ideológica conservadora? ¿No es eso abandonar las ovejas?
Si a nuestra jerarquía le duele de verdad tanto sufrimiento (y queremos pensar que sí), ¿por qué están tan quietos y callados?
Para aparecer al lado de los más ricos, como Banqueros y Empresarios, y fotografiarse con ellos, para eso no tienen ningún reparo.
3.-Ante una Jerarquía, que habla tan poco con palabras, o nada, como la Conferencia Episcopal ante tanto sufrimiento de miles y miles de ciudadanos, ¿estas personas, qué van a esperar de la Iglesia?
Jesús dijo a los Apóstoles: "Recibid el Espíritu Santo". ¿A qué Espíritu Santo hacemos caso? Los sufrimientos angustiosos de tantos miles y miles de ciudadanos son sin duda el grito del Espíritu de Dios en ellos, que nos pide que salgamos en su defensa. No basta con ayudarles caritativamente, porque eso no hace más que paliar momentáneamente su pobreza y perpetuar su situación. Hay que salir a exigir justicia y solidaridad económica, porque hoy no hay pobreza, lo que hay son cada vez más pobres empobrecidos porque los bienes que deben ser para todos están en manos de una minoría cada vez más rica (bancos y banqueros, grandes empresarios y defraudadores): ya tenemos en España al tercer más rico del mundo; antes era el noveno ahora es el tercero. Los grandes ganan cada vez más y los pobres tienen cada vez menos.
4.-Tomás necesitó ver para creer: Cuando la gente vea que la Iglesia está comprometida de verdad con el pueblo oprimido a ejemplo de Jesús, estará con ella. Qué falta tenemos de que cada vez haya más personas que hagan caso a las sugerencias del Espíritu y asuman la lucha por otro mundo más justo para que cada ser humano pueda vivir dignamente.
¡Qué falta tiene esta iglesia oficial de un fuerte soplo del Espíritu, que la remueva y renueve desde sus mismos cimientos para volver a ser coherente con el Evangelio de Jesús! Esperemos que el Papa Francisco vaya por ahí, y pase de gestos simbólicos (que reconocemos y valoramos) a hechos verdadera y profundamente renovadores.
Un cordial saludo.-Faustino