1. Afirmaciones creacionistas sobre el registro fósil.
Un famoso y muy utilizado (en especial por los Testigos de Jehová) texto creacionista afirma que en el registro fósil vemos, una y otra vez:
i) Intransicionalidad.
Lo que se observa y reconoce a partir del registro fósil es la constante falta de eslabones intermedios que conecten supuestas especies precursoras con sus supuestos o actuales descendientes modificados.
ii) Mutaciones limitadas.
Las mutaciones aleatorias protagonizan un proceso siempre destructor y no constructor, salvo en pequeños detalles menores microevolutivos (siempre intraespecíficos o “dentro de un mismo género”).
a. Selección natural limitada (ayuda adaptativa dentro de una especie concreta).
No genera organismos, ni órganos, totalmente nuevos, sino adaptaciones menores a diversas vicisitudes de su existencia. Y “ese hecho se refleja en una oscilación alrededor de un promedio (prototipo o modelo medio)“.
b. Órganos de complejidad irreductible (sin explicación evolutiva).
Los órganos medias (alas a medias, cavidades, corazones y sistemas circulatorios a medias, glándulas mamarias a medias…) no funcionan. Y, al no ser funcionales, no conllevarían mejoras adaptativas a preservarse.
Respondamos a esas cuestiones.
i) ¿Existen eslabones intermedios? Por centenares…
– Vemos ejemplos en el surgimiento de los protistas, el de los peces y su diversificación, la aparición de anfibios, reptiles, mamíferos, aves y su evolución en grupos o eslabones crecientemente ramificados (dinosaurios, primates, homininos, etc. El ejemplo se reproduce en los équidos y en cualquier grupo estudiado. Y siempre hay gradualidad fósil).
ii) ¿Qué hay de la complejidad irreductible?
La complejidad irreducible es un argumento desarrollado por el bioquímico Michael Behe para apoyar el diseño inteligente (Wikipedia).
– Defiende que la organización de ciertos sistemas bioquímicos no sería explicable por una evolución gradual o por partes que fuera incompatible con su funcionamiento; de ahí se deduciría que no se habrían podido formar por los mecanismos propuestos desde Charles Darwin.
– El argumento de la complejidad irreductible da una cierta interpretación de estos cambios, para explicar que el origen de la complejidad y el orden en la naturaleza serían la obra deliberada de un agente inteligente.
iii) ¿Existe alguna estructura de complejidad irreductible? Ninguna.
– Los ejemplos argumentativos de Behe se han visto una y otra vez derrotados, incluso ante un juicio formal.
• Behe llevaba años postulando su hipótesis de la complejidad irreductible (medios órganos complejos no funcionan –lo que sería aplicable a las alas, los flagelos, la cadera, el oído o los sistemas complejos como el inmune- por lo que no podrían ser positivamente seleccionados…). Pues bien:
– Tanto la comunidad científica como el Tribunal de Pennsylvania (2005) implicado concluyen que todas sus evidencias de complejidad eran reductibles, esto es, eran explicables en términos evolutivos a partir de precursores: no valía ninguno de sus célebres ejemplos.
"Behe consideraba un ejemplo perfecto de órgano irreductible el del flagelo rotatorio de la bacteria Escherichia coli (por entonces recién descubierto); un 2º ejemplo lo constituiría el sistema inmunitario. Ambas estructuras tenían una explicación evolutiva suficiente a partir de otras previas perfectamente funcionales (cuya publicación el autor ignoraba)…