La Iglesia catatónica.

¿Vive la Iglesia un periodo de paz, guardando en sus entrañas savia nueva que fructificará en [...]venideros? [Siglos o milenios]. ¿O realmente se encuentra en muerte programada? 

Cada vez se hace más evidente la escisión entre sociedad civil e Iglesia. Lo compruebo entre mis amistades, lo veo en la ausencia de fieles en los actos litúrgicos, lo percibo en mí mismo. Antes saltaban chispas en mi sentido crítico cuando algún acontecimiento eclesial resaltaba; acudía a las fuentes; buscaba distintas versiones... Hoy ni me inmuto. Si pregunto por esto o por lo otro, la inmensa mayoría no tiene ni idea. Lo único que mueve la curiosidad son los escándalos que surgen dentro de la Iglesia.

Ya no se encuentran figuras relevantes que muevan las conciencias y los corazones. Los hay, pero escondidos en su reducida misión parroquial, alabados y queridos por sus parroquianos.

Los ritos son, por lo general, soporíferos; los sermones, sin brío, sin conexión con el ámbito de la parroquia, a veces sin la más mínima aportación doctrinal, pura psicología barata; las denuncias de vicios o conductas desviadas suelen ser genéricas, por no decir abstractas; cada vez hay menos práctica de los sacramentos. Et sic alia.

Desaparecen parroquias en barrios avejentados; al frente de tal o cual parroquia o al lado del párroco titular, sacerdotes salidos de la jungla o del barrio marginal de un país dejado de la mano de Dios; sacerdotes diocesanos que a cambio de emigrar de su país consideraron provechoso pasar largos años de formación; párrocos a toda prisa por dar abasto a los cinco o seis pueblos a los que atender; burocracia religiosa que necesitaría conocimientos teologales, dejada al albur de septuagenarias con buena voluntad y pocas fuerzas; catequistas... por decir algo; seminarios que fueron grandes edificios; obispos que dan bandazos sin saber a qué carta política quedarse; el Jefe Supremo, Su Santidad, argentino a fin de cuentas, cada vez más denostado y ausente. Et sic alia.

Espero que alguien conteste haciendo relación de la nueva savia que fecunda la Iglesia. Yo sigo creyendo que el Espíritu Santo se ha ido de excursión por sus cerros ubedanos o que ha muerto por consunción.

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