Lectura crítica y humana de “Spe salvi” (2/6).

Interesante el apartado (4). Muestra aquí una de las claves del éxito del cristianismo primero. No estriba tanto en el credo novedoso que exhibe, ni el Cristo resucitado, ni la doctrina paulina sobre la salvación...
Es precisamente la “esperanza humana” que aporta a una muy importante y vasta clase social: los esclavos. También los encuadrados en los estratos más bajos de la opulenta sociedad romana.¿Qué más podían pedir?
[Comentando el hecho de que Pablo envíe a Onésimo, un esclavo, a su dueño Filemón para que lo acoja "ahora" como hermano] Los hombres que, según su estado civil se relacionan entre sí como dueños y esclavos, en cuanto miembros de la única Iglesia se han convertido en hermanos y hermanas unos de otros: así se llamaban mutuamente los cristianos... ...Aunque las estructuras externas permanecieran igual, esto cambiaba la sociedad desde dentro
Al análisis de Ratzinger se podría contraponer el de cualquier historiador, por ejemplo Kovaliov, y las conclusiones serían bien distintas. De nuevo, cuestión de puntos de vista.
Yo me quedo con el enfoque humano: quien no tiene esperanza de recibir consuelo de la sociedad en que vive, cualquiera que le aporte fraternidad, dignidad, asunción de su situación... es recibido como agua en el desierto. Me parece más correcta, más comprensible y más justa esta interpretación. Y eso sucedió con el cristianismo. Ésa fue la clave verdadera de su propagación.
En referencia a la religión oficial del Imperio dice:
No son los elementos del cosmos, la leyes de la materia, lo que en definitiva gobierna el mundo y el hombre, sino que es un Dios personal quien gobierna las estrellas... (5)
Los mismos juicios críticos que aporta sobre la religión oficial romana, se pueden volver contra sus argumentos. Y más en nuestros días, cuando los conocimientos cosmológicos han llenado tantos vacíos que la credulidad colmaba.
Los mitos grecoromanos explicaban lo que explicaban; los cristianos vienen a sustituirlos. La cosa siguió igual, y seguirá igual mientras nos hablen de un Dios creador, conservador y providente.
En el apartado (6) habla del filósofo y el pastor, siendo Cristo ambas cosas. Sus palabras le debieran recordar al culto Ratzinger de dónde procede la imagen simbólica del buen pastor. Por si no lo recuerda, lea una biografía del dios Horus, egipcio. Otro “buen pastor” que cuidaba de su rebaño, que conocía sus ovejas y las ovejas le conocíann a él. Puntos de vista.
Y habla luego de la fe, entrando en disquisiciones que le lleven a su propósito final:
la fe es germen de lo que se espera
Pues muy bien. Para quien todo eso es “substantia vacua”, nada significa. Como mucho una disquisición nominalista y ya sabemos en qué degeneró el nominalismo medieval. En nada. “Quaestio de verbis”.