La voz de los Proverbios (12). III. Fe, razón y credulidad.



110. El razonante no quiere caer en la credulidad, pero muchas veces tampoco razona. ¡Al menos podría tener un catecismo para no dejarse convertir!

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111. La gran masa de agnósticos no se declara decididamente atea por cortesía, por educación o porque le da lástima tanto crédulo bienintencionado(1).

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112. Creer es crear, sí, pero en la vida terrenal el verdadero creador es el que no cree.

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113. La conciencia crea la religión, pero luego la religión secuestra la conciencia.

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114. No basta ser libre: hay que sentirse libres y la religión es la mayor atadura mental.

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115. La ciencia busca, la creencia ofusca; La ciencia aprende, la creencia reprende.

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116. Alguien dijo que donde termina el conocimiento, comienza la religión (2). En realidad es al revés: la religión es un estadio previo al conocimiento, es decir, a la ciencia.

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117. La religión es el virus del pensamiento y el veneno de la inteligencia.

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118. La religión es la epidemia de la razón y el cáncer de las ilusiones; los dogmas los virus.

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119. Hacen beber el veneno de la religión en vasos de ideales, pureza, moral, arte... pero no deja de ser veneno.

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(1)El agnóstico no se define sobre la existencia o no de Dios; sólo dice que racionalmente no puede saberlo. El ateo, por el contrario, afirma positivamente que no existe un Dios “personal”. El razonante, por su parte, considera el “concepto” Dios como fruto del pensamiento convencional, por lo que es una aberración sostener todo un tinglado organizado sólo para someter conciencias, conductas y haciendas.

(2)Disraeli.
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