Todo por el Reino de Dios, ¿pero tanto? (4/4)

COSAS EXTRAÑAS...
La Iglesia invierte en Bolsa, Renta fija y Bienes inmuebles. Eso sí –dice-- sólo con una triple condición: «Para la ordenación del culto, para procurar la honesta sustentación del clero y para ejercer las obras del sagrado apostolado o de la caridad, señaladamente con los menesterosos».
El arzobispado de Madrid tiene invertidos cientos de millones de pts. en letras y pagarés del Tesoro a través de una muy concocida sociedad gestora.
No extrañan los batacazos... ...aunque lo normal es pensar en los suculentos dividendos que obtengan de sus inversiones.
• Gescartera: 30 organizaciones religiosas mantenían una inversión de casi 2.000 millones en Gescartera: 465 millones de las Agustinas Misioneras, 4 millones del obispado de Tui Vigo; 107 millones los Salesianos; 51 millones del obispado de Astorga.
• Grupo Torras, Grand Tibidabo: procesos contra Javier de la Rosa en 1994. Se descubrió que tenían acciones 14 conventos y los arzobispados de Toledo y Barcelona.
(Hasta aquí, fuente principa: J.M. Vidal. El Mundo. Los dineros de la Iglesia)
CONSIDERACIONES
PROCEDENCIA de todas esas posesiones. Muchos de sus ingresos han sido, a lo largo de los siglos, veraderas exacciones sin título alguno para ello: diezmos, primicias, cargas, cánones, arbitrios...
Las mandas testamentarias de misas eran también una suculenta fuente de ingresos: Isabel la Católica, por ejemplo, encargó 18000 misas para ella.
Los ingresos más sustanciosos, sobre todo inmobiliarios, provenían de donaciones que, con el pasar del tiempo, el olvido del destino original, la precariedad de medios humanos de las órdenes religiosas terminaron vendiéndose con suculentas plusvalías.
A mediados del siglo XIX fueron numerosísimas las Congregaciones que nacieron, la mayor parte francesas como reacción a la Revoluciones de la primera mitad del siglo. La mayor parte de dichas Congregaciones comenzaron su singladura en edificios donados por “almas buenas”. Hoy tales edificios, de su propiedad, son revendidos sin la más mínima consideración a la finalidad expresa con que fueron donados.
EL ENGAÑO de la misión es fruto del engaño de su constitución. O es una sociedad que se rige como todas –lo empieza a notar de cara a Bruselas-- o es un reino espiritual, cuerpo místico y demás zarandajas. Las dos cosas a la vez cuadran muy mal. Desde luego "ella" sabe funcionar muy bien de las dos maneras. De ahí la quiebra interior que sufren muchos de sus miembros cuando columbran tanto sinsentido.
¿POR QUÉ TAMAÑA DESMESURA? Su ingente patrimonio excede con creces las posibilidades de atención y conservación, menos las de reparación, por lo que la desatención degenera en abandono. Lo lógico sería que la Iglesia procediera como "las buenas gentes" obraron con ella: ¡donando! Así se preservaría la intención primera de los donantes.
AGRAVIO COMPARATIVO. Eso sería lo lógico, lo cristiano, lo generoso, lo altruista... También sería lógico que se desprendiera de edificios sin excesiva utilidad pagando con ventas de inmuebles el sufragio de otros con mayor rentabilidad pastoral.
¿Y qué sucede? Que cuando no pueden, alegan el ser custodios de bienes culturales, de bienes declarados patrimonio... Acuden a la subsidiaridad del Estado... pero, eso sí, conservando la nuda propiedad.
DISTRIBUCIÓN DE LOS GASTOS.
En una sociedad civil se vería como normal la distribución de gastos referidos anteriormente.
Pero la Iglesia no es una sociedad ni civil ni normal.
Justifica su patrimonio, sus ingresos y sus dineros con falacias: la mayor parte de sus labores caritativas son “el chocolate del loro”; otras no son sino una “mera distribución de cantidades recibidas de los fieles”. La justificación de sus inversiones con la coletilla “para ejercer las obras del sagrado apostolado o de la caridad, señaladamente con los menesterosos” cae por su base sólo con echar un vistazo a sus balances.
LA REALIDAD.
No se necesitan tantas parroquias para tan poca gente. Si nos centramos en Madrid, la media de asistencia dominical a las iglesias es, como mucho, de unas 300 personas por acto. Hay iglesias donde pueden acceder más de 1000.
Más de la mitad de las iglesias de Madrid sobran.. Les urge la concentración. Es más, la venta de un solar en el centro de Madrid generaría ingresos para realizar diez parroquias en zonas de rápida expansión urbanística.
Ya lo saben, pero... ¡qué difícil es dejar a los ricos!