Robaron el Códice Calixtino (4) Otro milagro... o cuentecillo.
Oh dichoso pueblo de España y de Galicia, honrado con el poder de tan gran príncipe!; exaltado no por el mérito de tu bondad, sino por el de tan glorioso Apóstol. Él te decoró, él te adornó, él te hizo feliz, él te honró... (Sermón de Calixto. Libro I, Cap. XVII)
Para solaz del lector y edificación del creyente, remito al Libro II donde encontrarán los veintirés sabrosos relatos que encenderán el corazón de quien los leyere. Es más, quizá alguno de ellos haga que por empatía broten lágrimas de ternura al ver el dolor de quienes al Señor Santiago acudían, como aquel que dice: "Del niño que el Apóstol resucitó de entre los muertos en los Montes de Oca".
A propósito de este milagro de los Montes de Oca citado y ya que estos parajes he recorrido con frecuencia, invito a hacerlo a quien se sienta animado a ello. Los Montes de Oca dividen La Rioja de la Provincia de Burgos. Eran paso peligroso, pues en sus bosques se refugiaban los bandidos que asaltaban a los peregrinos.
Los pueblos del "camino" tienen casi todos una traza longitudinal, dado que nacieron por efecto de dicho camino. Merece la pena visitar Villafranca Montes de Oca, lugar natal de ese amigo cura que a veces he citado aquí. En Villafranca se encontrarán con los restos del monasterio de San Félix de Oca; el hospital de San Antonio Abad, del s. XIV; la iglesia de Santiago; la fuente de San Indalecio. Muy cerca se puede visitar el antiguo monasterio de Valdefuentes, donde están los restos del hospital cisterciense fundado en el siglo XII.
Quien allí accediere podrá encontrar refugio y descanso en monasterios, hospitales y hospederías como la de San Juan de Ortega, visitar luego Agés, admirar restos de calzadas romanas o el hermoso puente románico sobre el río Vena, según dicen construido por San Juan de Ortega.
Ya más cerca de Burgos, se pueden visitar de paso los yacimientos de Atapuerca (el "camino" pasa por Olmos de Atapuerca), rememorando incluso la famosa batalla del mismo nombre entre el rey de León y el de Navarra, en 1504, narrada precisamente en la "Crónica Compostelana" y celebrada en Atapuerca el domingo más cercano al 1 de septiembre con festejos populares y recreaciones de la misma.
Si bien no procede la copia de todos ellos, al menos consigno aquí uno muy breve, con la "malsana" intención, como decía arriba, de mover a la piedad a cuanto crédulo se acerque:
Capítulo XIII. MILAGRO DE SANTIAGO EXPUESTO POR EL PAPA CALIXTO.
En el año 1135, cierto caballero del Delfinado llamado Dalmacio de Chavannes, pegó injustamente con el puño en la mejilla a su colono Raimberto que contendía con él.
Y decía Raimberto mientras era golpeado por el caballero: "Dios y Santiago, ayudadme". Y obrando al punto la divina venganza, el caballero, habiéndosele retorcido y aun roto el brazo, quedó como exánime postrado en el suelo y, absuelto por los sacerdotes, pedíale perdón diciendo: "Raimberto, peregrino de Santiago, ruega al Apóstol en quien confías por mi salud".
Y Santiago, a ruegos de Raimberto, le devolvió la salud primera por obra de la clemencia divina.
Esto fue realizado por el Señor y es admirable a nuestro ver. Honor y gloria al Rey de reyes por los siglos de los siglos. Amén.
Remito de nuevo a las consideraciones del día anterior... ¡Pero qué sibilinos estos guardianes de la fe! "...absuelto por los sacerdotes..."