Los fracasos de la ciencia frente a la Iglesia.


AXIOMAS HISTÓRICOS: La Iglesia está por encima de cualquier organización social, es la sociedad perfecta; la Biblia tiene razón en todo porque es palabra revelada, no puede ser contradicha; no puede dudarse de las decisiones de la Iglesia porque ésta es legataria de la palabra de Dios y por eso es infalible... Estos principios han estado presentes y lo siguen estando en la mente secular del pueblo de Dios.

El ansia del hombre por saber y conocer seguía la vía paralela a la imperturbable seguridad de la fe. El monolitismo de la religión quiso poner puertas al campo y lo consiguió cuando el campo era un terreno acotado, estrecho y con los accesos cegados o controlados por los centinelas de la fe. Pero una y otra vez la inteligencia escapaba por las ventanas cuando tenía las puertas cerradas.

1. Ya hemos hablado aquí del atomismo y cómo la Iglesia dio al traste con él. Pero lo hizo eligiendo un ariete de la misma madera, los filósofos Platón y Aristóteles

2. Ya que el dogma de la creación del mundo se opone a cualquier otra aserción, quedan condenadas las teorías sobre la longevidad del mundo, su infinitud o su “eternidad”

3. ¿Pluralidad de los mundos? Imposible. Dios creó el mundo de la nada, este mundo, el conocido. Dios creó todo, la luz, el día y la noche, el firmamento, el cielo, la tierra, las aguas, los animales salvajes y los domésticos, para servicio del hombre.

4. Datos hay en la Biblia que indican lo contrario: el heliocentrismo no se cohonesta con lo que dice la Biblia. El equivocado era Aristarco de Samos. Y el asunto quedó zanjado durante mil quinientos años.

5. La Biblia afirma que nuestros primeros padres fueron Adán y Eva. Hoy muchísimos creyentes no sabrían decir cosa en contrario. ¡Es tanta la incultura!La historia de la controversia es bien conocida hasta finales del XIX y el mantenimiento del creacionismo en muchas escuelas de EE.UU. incluso hasta la década de 1960. Conocidas son las burlas y denuestos contra Lamarck, Russell Wallace y sobre todo Darwin.

6. Y ¿cómo poder admitir en la apabullante evidencia de la evolución la presencia de grupos humanos diferentes si todos descienden de unos primeros padres? Imposible. Admitir eso es poner en duda el pecado original, la lógica de la culpa primera y la historia de la salvación. Imposible admitirlo.

7. La Biblia, palabra de Dios, señala la creación del mundo cuatro mil años antes de la llegada del Salvador. ¿Y los fósiles? ¡Pruebas puestas por el demonio! ¿Y la Geología? Puestos a equivocarse, es más fácil pensar en la equivocación de los hombres que en la inconcebible de Dios.

8. El hombre ha buscado desde tiempos inmemoriales curar las enfermedades y encontrar las causas de las mismas. ¿Disección de cadáveres? ¡Qué atrocidad! ¡El cuerpo es templo del Espíritu Santo! Ha de resucitar en el último día. Además, el sufrimiento y el dolor son pruebas que Dios pone para comprobar la fidelidad del hombre hacia él. La patología y la etiología de las enfermedades no tienen sentido. El hombre ha de aceptar la vida como viene. En todo caso, la intercesión de sus santos puede obrar el milagro.

9. De una manera más “científica” la Iglesia decretó --Índice de libros prohibidos—que la obra de Freud era malsana y perniciosa. ¿Cómo admitir que hay fuerzas ocultas en el hombre que lo llevan al mal? ¿Y el Demonio? ¿Dónde queda? Nada de represión, sublimación, pulsión de muerte, análisis de los sueños... Las neurosis, por ejemplo, se curan con la confesión de los pecados, porque son producto del pecado. Por otra parte Dios hizo al hombre libre, por lo tanto responsable, por lo tanto culpable y por supuesto merecedor de castigo. ¿Qué es eso de hablar de pulsiones?

10. Por último habría que hablar de los logros en genética y del descubrimiento del genoma humano. Aquí la Iglesia quedó un tanto con la boca abierta... pero pronto se alzó contra los avances derivados en Biología, Medicina, etc. Varios son los documentos emanados del Vaticano en relación a la evitación de dolores y sufrimiento si con ello se pone en duda la “verdad” del pecado original.

La ciencia de fracaso en fracaso frente a la fuerza bruta de la credulidad. La Iglesia superó a su debido tiempo y durante el tiempo que a ella le convino la teoría atomista y materialista, el heliocentrismo, la datación geológica, incluso el evolucionismo, el psicoanálisis... Pablo de Tarso jamás pensó que algunas frasecillas suyas tuvieran tanto éxito.

Y, cosa curiosa, aunque toda la verdad estaba en la Biblia, ¡prohibió durante siglos que los fieles leyeran de manera directa este libro! ¿De qué tenían miedo?

Cuando la Iglesia tuvo que plegar velas y recular, corrió un tupido velo de displicencia y olvido como si jamás se hubiera opuesto a los avances científicos.
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