Una ilusión es una representación mental de un deseo generalmente confuso cuya realización se anhela o se espera.
La ilusión lleva en sí misma el aliento y el ánimo para conseguir dicha realización en el tiempo.
La ilusión mezcla lo real con la ensoñación y se vuelve seguridad cuando la propia convicción trueca lo que es sueño por la certidumbre personal, no lógicamente en la realidad sino dentro del cerebro.
Es entonces cuando surge la creencia y la fe en dicha creencia, que se mueve dentro del ámbito de la confianza y dentro de la seguridad que proporciona.
El mundo mental del creyente es un mundo de ilusión compartida y el hecho de compartir la creencia es lo que da otro fundamento de seguridad que no tendría si la fe se moviera en el estricto campo de lo privado.
La organización de la credulidad, más en los límites sin límites que ha adquirido hace que el crédulo tenga la confianza absoluta de que lo que cree es real, no un engaño. En torno a esa ilusión, organiza su mundo.
(Continuar con "El porvenir de una ilusión", de S.Freud)